sábado, 2 de agosto de 2014

¡SACUDETE!



  Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo.  El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de sacarlo sin exito.
Finalmente el campesino decidió que el animal ya estaba viejo, el pozo estaba seco, y necesitaba ser tapado de todas formas y que realmente no valía la pena sacar el burro.  Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarlo. Todos tomaron una pala y empezaron a tirar tierra al pozo. El burro se dió cuenta de lo que estaba pasando y lloró desconsoladamente.
Luego para la sorpresa de todos, se tranquilizó.
Después de unas cuantas paladas de tierra, el campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio ... Con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increible...
Se sacudía la tierra y daba un paso hacia arriba.....mientras los vecinos seguian echando tierra encima del animal, el se sacudía y daba un paso hacia arriba.  Pronto todo el mundo vió sorprendido como el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando...




La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra...
El truco para salirse del pozo es sacudirsela y dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba.

Recordar las seis reglas para ser feliz:
1. Liberar el corazón del odio
2. Liberar la mente de preocupaciones
3. Vivir sencillamente
4. Dar más
5. Esperar menos
6. Tener esperanza

¡¡¡Disfruta la vida... sacúdete!

CARTA DEL AÑO 2070



  Acabo de cumplir los 50, pero mi apariencia es la de alguien de 85.
Tengo serios problemas renales porque bebo muy poca agua. Creo que me queda poco tiempo. Hoy soy una de las personas más longevas en esta sociedad.
Recuerdo cuando tenía 5 años: todo era muy diferente. Había muchos árboles en los parques, las casas tenían hermosos jardines y yo podía disfrutar de un baño de regadera hasta por una hora.

Ahora usamos toallas empapadas en aceite mineral para limpiar la piel. Antes todas las mujeres lucían su hermosa cabellera. Ahora debemos afeitarnos la cabeza para poder mantenerla limpia sin agua. Antes mi padre lavaba el auto con el chorro de la manguera.  Hoy los niños no pueden creer que el agua se utilizara de esa forma.

Recuerdo que había muchos anuncios que decían CUIDA EL AGUA, sin que nadie los tomara en cuenta; pensábamos que el agua jamás se podía terminar.  Ahora, todos los ríos, presas, lagunas y mantos acuíferos están irreversiblemente contaminados o agotados.

Antes la cantidad de agua indicada como ideal para beber era ocho vasos al día por persona adulta. Hoy solo puedo beber medio vaso. La ropa es desechable, con lo que aumenta grandemente la cantidad de basura; hemos tenido que volver al uso de los pozos sépticos como en el siglo pasado porque ya las redes de desagües no se usan por la falta de agua.

La apariencia de la población hoy es horrorosa; cuerpos demacrados, arrugados por la deshidratación, llenos de llagas en la piel por los rayos ultravioletas que ya no tienen la capa de ozono que los filtraba en la atmósfera, inmensos desiertos constituyen el paisaje que nos rodea por doquier. Las infecciones gastrointestinales, enfermedades de la piel y de las vías urinarias, son las principales causas de muerte.

La industria está paralizada y el desempleo es dramático. Las plantas desalinizadoras son la principal fuente de empleo y te pagan con agua potable en vez de salario. Los asaltos por un vaso de agua son asunto común hoy en las calles desoladas. La comida es 80% sintética. Por la resequedad de la piel una joven de 20 años luce como si tuviera 40.

Los científicos investigan, pero no hay solución posible. No se puede fabricar agua, el oxigeno también se ha degradado por falta de árboles lo que ha disminuido el coeficiente intelectual de las nuevas generaciones. Se ha alterado la morfología del espermatozoide de muchos individuos, como consecuencia hay muchos niños con insuficiencias, mutaciones y deformaciones.
El gobierno incluso nos cobra por el aire que respiramos: 137 m3 por día por habitante adulto. La gente que no puede pagar es arrojada de las "zonas ventiladas", que están dotadas de gigantescos pulmones mecánicos que funcionan con energía solar, no es de buena calidad pero se puede respirar; la edad promedio es de 35 años. En algunos países quedan manchas de vegetación con su respectivo río que es fuertemente custodiado por el ejercito , el agua se ha vuelto un tesoro muy codiciado, más que el oro o los diamantes. Aquí en cambio, no hay árboles porque casi nunca llueve, y cuando llega a registrarse una precipitación, es de lluvia ácida; las estaciones del año han sido severamente transformadas por las pruebas atómicas y la industria contaminante del siglo XX.

Se advirtió entonces que había que cuidar el medio ambiente, y nadie hizo caso. Cuando mi hija me pide que le hable de cuando era joven le describo lo hermoso que eran los bosques, le hablo de la lluvia, de las flores, de lo agradable que era bañarse y poder pescar en los ríos y embalses, beber toda el agua que quisiera, lo saludable que era la gente.

Ella me pregunta: Papá, ¿Por qué se acabó el agua? Entonces, siento un nudo en la garganta; no puedo dejar de sentirme culpable, porque pertenezco a la generación que terminó de destruir el medio ambiente o simplemente no tomamos en serio tantas advertencias. Ahora nuestros hijos pagan un alto precio y s inceramente creo que la vida en la tierra ya no será posible dentro de muy poco porque la destrucción del medio ambiente llegó a un punto irreversible.

¡Como quisiera regresar el tiempo y hacer que toda la humanidad comprendiera esto cuando aún podíamos hacer algo para salvar a nuestro planeta tierra!

SE VENDEN ALBONDIGAS









 
Había una vez una persona que vivía al lado de una carretera donde vendía unas ricas albóndigas con pan.  Estaba muy ocupado y por lo tanto no oía radio, no leía los periódicos ni veía la televisión.  Alquiló un pedazo de terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón:   "¡Compren deliciosas albóndigas calientes!"

Y la gente se las compraba. Aumentó la adquisición de pan y carne. Compró un terreno más grande para poder ocuparse de su negocio que crecía y crecía en clientela, y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la Universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara. 
Sin embargo, ocurrió algo muy importante; su hijo le dijo: 
- "Viejo, ¿tú no escuchas la radio, ni lees los periódicos... ?
¡Estamos sufriendo una grave crisis! La situación es realmente mala; ¡¡peor no podría estar!!" 

 
El padre pensó: - "Mi hijo estudia en la Universidad, lee los diarios, ve televisión y escucha la radio. Debe saber mejor que yo lo que está pasando..." 
Compró entonces menos pan y menos carne.  Sacó la valla anunciadora, dejó el alquiler del terreno con el fin de eliminar los gastos y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan.  Y las ventas fueron disminuyendo cada día más. 
'Tenías razón hijo mío', le dijo al muchacho. 
'Verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis'. 

MORALEJA 
No sigamos hablando de crisis. 
Hablemos sólo de hacer buenos negocios, buenos trabajos y buenas tareas. 
Si nos programamos para fracasar, fracasaremos. 
Si nos mentalizamos para ganar, ganaremos. 
Es una simple elección personal. 
PD.- Recomendación personal: 
No veas, no escuches, no leas noticias por la mañana, sólo te vas a preocupar y te arruinarán tu día de trabajo.  Mejor, cuando te despiertes por la mañana, escucha la música que más te agrade y te levante el ánimo.

LA CAJA LLENA DE BESOS




 
 
 
Hace ya un tiempo, Un hombre castigó su pequeña niña de 3 años
Por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado.

El dinero era escaso en esos días
Por lo que explotó en furia,
Cuando vio a la niña tratando de envolver una caja
Para ponerla debajo del árbol de navidad.
Mas sin embargo,
La niña le llevó el regalo a su padre la siguiente mañana y dijo:

‘”Esto es para ti, Papito’”.
El se sintió avergonzado de su reacción de furia,
Pero éste volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía.
Le volvió a gritar diciendo:
‘”Qué no sabes que cuando das un regalo a alguien
Se supone que debe haber algo adentro?’”
La pequeñita volteó hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo:

‘”Oh papito, no está vacía, yo soplé besos adentro de la caja,
Todos para ti, papi.’”
El padre se sintió morir puso sus brazos alrededor de su niña y
le suplicó que lo perdonara.
Se ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama
por años y siempre que se sentía derrumbado, él tomaba de la caja
un beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí.
En una forma muy sensible, cada uno de nosotros humanos hemos recibido
un recipiente dorado, Lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos,
Amigos, familia o de Dios.

Nadie podría tener una propiedad o posesión
más hermosa que esta.
Proverbios 10:12 El odio despierta rencillas;
Pero el amor cubrirá todas las faltas.

PAN CON MANTEQUILLA


 


  Los adultos siempre se están quejando por todo. Mi papá anoche se quejaba porque nos habían subido la renta y ya no le alcanzaba para pagar las cuentas. Mi mamá lloraba. Mis hermanos y yo, los observábamos desde las escaleras. Siempre se quejaban de nuestra pobreza y nuestras carencias.
- No veo que nos falte nada, tenemos una casa, una cama, agua y comida...- dijo mi hermano Juan.
- Es verdad- respondió mi hermana Blanca. Así, convencidos de tener la razón, nos fuimos a la habitación. Nos subimos los tres a nuestra única cama y nos acostamos.
El frío se colaba por las rendijas de las paredes de madera, pero gracias a Dios, juntos nos calentábamos unos a otros. Eso era bueno. Después empezó a llover y tuvimos que poner recipientes donde caían las goteras, pero gracias a Dios, no caían goteras sobre nuestra cama y eso era bueno también.
A la mañana siguiente, bajamos a desayunar. Mamá dijo que solo había pan con mantequilla. Ella me miraba con tristeza y le pregunté:
- Mamá, ¿por qué estás triste?
- Porque quisiera tener algo más para darles de desayunar.
- ¡Pero si a mí me encanta el pan con mantequilla, mamá!- ella sonrió dulcemente- y me lo comí hasta la última migaja.
Nos fuimos a la escuela y pasamos por un charco que había quedado de la lluvia y se nos metió el agua en nuestros zapatos rotos. Nos reímos despreocupadamente y seguimos nuestro camino. En el recreo, todos los demás niños llevaban sus frutas y sandwiches para comer, nosotros no llevábamos nada, pero qué bueno, porque así tendríamos más hambre al llegar a casa y nos comeríamos todo lo que mamá nos diera.
Salimos de la escuela y nos fuimos corriendo a casa. Teníamos mucha hambre.  Llegamos directito a la mesa (después de lavarnos las manos). Mamá nos dijo muy triste, que lo único que había para comer, era pan con mantequilla.
- ¡Qué rico mamá!- y mis hermanos y yo, lo comimos felices y contentos.
Después de que hicimos la tarea, salimos a jugar. Nos divertimos mucho imaginando que los charcos eran grandes océanos y el lodo, montañas que subíamos y bajábamos con facilidad.
Llegó la hora de la cena y pude notar que mamá lloraba, al servirnos pan con mantequilla nuevamente. Entonces le dije:- Mamá, no estés triste, si a nosotros nos gusta el pan con mantequilla-  mis hermanos asintieron y esa noche comimos nuestros panes con mantequilla con más ganas que nunca, para que ella viera lo felices que estábamos. Después nos fuimos a acostar y agradecimos a Dios por aquel día tan estupendo y por el delicioso pan con mantequilla.
¡Ay quien viera la vida como un niño!. Habría menos personas infelices en el planeta. Estamos inmersos en un mundo tan materialista, que no somos felices si no tenemos lo que se anuncia en la televisión, queremos tener la ropa de última moda, queremos auto último modelo, queremos tener lo último en tecnología...Codiciamos, anhelamos, envidiamos, y no nos damos tiempo para vivir y disfrutar lo que realmente vale la pena.
Los niños saben disfrutar el momento, saben usar su imaginación y encontrarle gusto a la vida. Saben disfrutar un pan con mantequilla como el mejor de los manjares, porque no están pensando en que otros tienen otras cosas mejores para comer. Saben disfrutar de un juego con solo lodo, porque no están pensado en que otros tienen juguetes de verdad. Saben encontrar lo positivo a todo.Saben encontrar lo divertido aun teniendo los zapatos rotos...
Reencontremos esa alegría de vivir de la niñez, disfrutando todo lo que Dios nos da, sin estar pensando en lo que tienen otros. Aprendamos a tomar solo lo bueno de la vida y a saborearla, aunque solo tengamos pan con mantequilla para comer. De nosotros depende convertirlo en un manjar..

EL TREN DE LA VIDA





 
 
Hace tiempo. leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Una lectura extremadamente interesante, cuando es bien interpretada.  La vida no es más que un viaje en tren, repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos casos y de profundas tristezas en otros. Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas, las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje (nuestros padres). 

Lamentablemente la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable. 
No obstante, esto no impide que se suban otras personas que serán muy especiales para nosotros. Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores maravillosos. 

De las personas que toman este tren, habrá también los que lo hagan como un simple paseo. Otros encontrarán solamente tristeza en el viaje. Y habrá otros que, circulando por el tren, estarán siempre listos en ayudar a quien lo necesite. Muchos al bajar, dejarán una añoranza permanente. Otros pasarán desapercibidos, que ni siquiera nos daremos cuenta que desocuparon el asiento. 

Es curioso que algunos pasajeros, quienes nos son más queridos, se acomodan en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos. Pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el asiento. No importa; el viaje se hace de este modo: lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas… Pero nunca habrá regresos. 

Entonces hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo mejor de ellos. Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos. Nosotros también titubearemos y habrá alguien que nos comprenda. 

El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos y mucho menos dónde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado. 
Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia… creo que sí. 
Separarme de algunos amigos de los que hice en el viaje será doloroso. Dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron. Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valioso. 

Amigo mío, hagamos que nuestra estancia en este tren sea tranquila y que haya valido la pena. 
Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje añoranza y lindos recuerdos a los que permanezcan en el viaje. 

A tí, que eres parte de mi tren, te deseo un… ¡¡¡Feliz viaje!!!

LA RANA DEL POZO.

En un pozo profundo vivÌa una colonia de ranas. Llevaban su vida, tenían
sus costumbres, encontraban su alimento y croaban a gusto haciendo
resonar las paredes del pozo en toda su profundidad. Protegidas por su
mismo aislamiento, vivían en paz, y sólo tenían que guardarse del pozal que,
de vez en cuando, alguien echaba desde arriba para sacar agua del pozo.
Daban la alarma en cuanto oían el ruido de la polea, se sumergían bajo el
agua o se apretaban contra la pared, y allí esperaban, conteniendo la
respiración, hasta que el pozal lleno de agua era izado otra vez y pasaba el
peligro.
Fue una rana joven a quien se le ocurrió pensar que el pozal podía ser una
oportunidad en vez de un peligro. Allá arriba se veía algo asÌ como una
claraboya abierta, que cambiaba de aspecto según fuera de día o de noche,
y en la que aparecían sombras y luces y formas y colores que hacían presentir
que allí había algo nuevo digno de conocerse.

Y sobre todo, estaba el rostro con trenzas de aquella figura bella y fugaz que
aparecía por un momento sobre el brocal del pozo al arrojar el cubo y recobrarlo,
todos los días en su cita sagrada y temida.
La rana joven habló, y todas las demás se le echaron encima:
Eso nunca se ha hecho. Sería la destrucción de nuestra raza.  El cielo nos castigará,
te perderás para siempre. Nosotras hemos sido hechas para estar aquí, y aquí es
donde nos va bien y podemos ser felices. Fuera del pozo no hay nadie que se
atreva a violar las sabias leyes de nuestros antepasados.

¿Es que una rana jovenzuela de hoy puede saber más que ellos?"
La rana jovenzuela esperó pacientemente la próxima bajada del pozal. Se colocó
estratégicamente, dio un salto en el momento en que el pozal comenzaba a ser
izado y subió en él ante el asombro y el horror de la comunidad batracia. El
consejo de ancianos excomulgó a la rana prófuga y prohibió que se hablara de
ella. Había que salvaguardar la seguridad del pozo.
Pasaron los meses sin que nadie hablara de ella y nadie se olvidara de ella. Un
buen día se oyó un croar familiar sobre el brocal del pozo, se agruparon abajo
las curiosas y vieron recortada contra el cielo la silueta conocida de la rana
aventurera. A su lado apareció la silueta de otra rana, y a su alrededor se agru-
paron siete pequeños renacuajos.

Todas miraban sin atreverse a decir nada, cuando la rana habló: "Aquí se está
maravillosamente; hay agua que se mueve, no como allá abajo, hay unas fibras
verdes y suaves que salen del suelo y entre las que da gusto moverse, hay
muchos bichos pequeños muy sabrosos y variados, cada día se puede comer
algo diferente. Hay muchas ranas de muchos tipos distintos, y son muy buenas.
Yo me he casado con ésta que está aquíÌ a mi lado y tenemos siete hijos y somos
muy felices, Aquí hay sitio para todas, porque esto es muy grande y nunca se
acaba de ver lo que hay allá lejos."

De abajo, las fuerzas del orden advirtieron a la rana que, si bajaba, sería ejecutada
por alta traición; ella dijo que no pensaba bajar y que les deseaba a todas que lo
pasaran bien, y se marchó con su compañera y los siete renacuajitos.  Abajo en el
pozo hubo mucho revuelo. Algunas ranas quisieron comentar la propuesta, pero las
autoridades las acallaron enseguida y la vida volvió a la normalidad de siempre en el
fondo del pozo. Al día siguiente, por la mañana, la niña de las trenzas rubias se
quedó asombrada cuando, al sacar el cubo con agua del pozo, vio que estaba lleno
de ranas.

En sánscrito hay una palabra compuesta para designar a una persona estrecha de
miras, que se conforma con oír lo que siempre ha oído y hacer lo que siempre ha
hecho, lo que hace todo el mundo y lo que, según parece, han de hacer todos los
que quieran seguir una vida tranquila y segura. 
La palabra es "rana de pozo", y ha
pasado del sánscrito a las lenguas indias modernas, en las que se usa con el mismo
sentido. A nadie le gusta que se la digan. 
Aun así, el mundo está lleno de pozos, y
los pozos llenos de ranas. 
Y las niñas con trenzas siguen llevándose sustos de vez
en cuando por la mañana.

Por Carlos G. Vallis"