Un
día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El
animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba
de sacarlo sin exito.
Finalmente
el campesino decidió que el animal ya estaba viejo, el pozo estaba
seco, y necesitaba ser tapado de todas formas y que realmente no valía
la pena sacar el burro. Invitó a todos sus vecinos para que
vinieran a ayudarlo. Todos tomaron una pala y empezaron a tirar tierra
al pozo. El burro se dió cuenta de lo que estaba pasando y lloró
desconsoladamente.
Luego
para la sorpresa de todos, se tranquilizó.
Después
de unas cuantas paladas de tierra, el campesino finalmente miró
al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio ... Con cada palada
de tierra, el burro estaba haciendo algo increible...
Se
sacudía la tierra y daba un paso hacia arriba.....mientras los vecinos
seguian echando tierra encima del animal, el se sacudía y daba un
paso hacia arriba. Pronto todo el mundo vió sorprendido como
el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del
borde y salió trotando...
La
vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra...
El
truco para salirse del pozo es sacudirsela y dar un paso hacia arriba.
Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba.
Recordar
las seis reglas para ser feliz:
1.
Liberar el corazón del odio
2.
Liberar la mente de preocupaciones
3.
Vivir sencillamente
4.
Dar más
5.
Esperar menos
6.
Tener esperanza
¡¡¡Disfruta
la vida... sacúdete!
Acabo
de cumplir los 50, pero mi apariencia es la de alguien de 85.
Tengo
serios problemas renales porque bebo muy poca agua. Creo que me queda poco
tiempo. Hoy soy una de las personas más longevas en esta sociedad.
Recuerdo
cuando tenía 5 años: todo era muy diferente. Había
muchos árboles en los parques, las casas tenían hermosos
jardines y yo podía disfrutar de un baño de regadera hasta
por una hora.
Ahora
usamos toallas empapadas en aceite mineral para limpiar la piel. Antes
todas las mujeres lucían su hermosa cabellera. Ahora debemos afeitarnos
la cabeza para poder mantenerla limpia sin agua. Antes mi padre lavaba
el auto con el chorro de la manguera. Hoy los niños no pueden
creer que el agua se utilizara de esa forma.
Recuerdo
que había muchos anuncios que decían CUIDA EL AGUA, sin que
nadie los tomara en cuenta; pensábamos que el agua jamás
se podía terminar. Ahora, todos los ríos, presas, lagunas
y mantos acuíferos están irreversiblemente contaminados o
agotados.
Antes
la cantidad de agua indicada como ideal para beber era ocho vasos al día
por persona adulta. Hoy solo puedo beber medio vaso. La ropa es desechable,
con lo que aumenta grandemente la cantidad de basura; hemos tenido que
volver al uso de los pozos sépticos como en el siglo pasado porque
ya las redes de desagües no se usan por la falta de agua.
La
apariencia de la población hoy es horrorosa; cuerpos demacrados,
arrugados por la deshidratación, llenos de llagas en la piel por
los rayos ultravioletas que ya no tienen la capa de ozono que los filtraba
en la atmósfera, inmensos desiertos constituyen el paisaje que nos
rodea por doquier. Las infecciones gastrointestinales, enfermedades de
la piel y de las vías urinarias, son las principales causas de muerte.
La
industria está paralizada y el desempleo es dramático. Las
plantas desalinizadoras son la principal fuente de empleo y te pagan con
agua potable en vez de salario. Los asaltos por un vaso de agua son asunto
común hoy en las calles desoladas. La comida es 80% sintética.
Por la resequedad de la piel una joven de 20 años luce como si tuviera
40.
Los
científicos investigan, pero no hay solución posible. No
se puede fabricar agua, el oxigeno también se ha degradado por falta
de árboles lo que ha disminuido el coeficiente intelectual de las
nuevas generaciones. Se ha alterado la morfología del espermatozoide
de muchos individuos, como consecuencia hay muchos niños con insuficiencias,
mutaciones y deformaciones.
El
gobierno incluso nos cobra por el aire que respiramos: 137 m3 por día
por habitante adulto. La gente que no puede pagar es arrojada de las "zonas
ventiladas", que están dotadas de gigantescos pulmones mecánicos
que funcionan con energía solar, no es de buena calidad pero se
puede respirar; la edad promedio es de 35 años. En algunos países
quedan manchas de vegetación con su respectivo río que es
fuertemente custodiado por el ejercito , el agua se ha vuelto un tesoro
muy codiciado, más que el oro o los diamantes. Aquí en cambio,
no hay árboles porque casi nunca llueve, y cuando llega a registrarse
una precipitación, es de lluvia ácida; las estaciones del
año han sido severamente transformadas por las pruebas atómicas
y la industria contaminante del siglo XX.
Se
advirtió entonces que había que cuidar el medio ambiente,
y nadie hizo caso. Cuando mi hija me pide que le hable de cuando era joven
le describo lo hermoso que eran los bosques, le hablo de la lluvia, de
las flores, de lo agradable que era bañarse y poder pescar en los
ríos y embalses, beber toda el agua que quisiera, lo saludable que
era la gente.
Ella
me pregunta: Papá, ¿Por qué se acabó el agua?
Entonces, siento un nudo en la garganta; no puedo dejar de sentirme culpable,
porque pertenezco a la generación que terminó de destruir
el medio ambiente o simplemente no tomamos en serio tantas advertencias.
Ahora nuestros hijos pagan un alto precio y s inceramente creo que la vida
en la tierra ya no será posible dentro de muy poco porque la destrucción
del medio ambiente llegó a un punto irreversible.
¡Como
quisiera regresar el tiempo y hacer que toda la humanidad comprendiera
esto cuando aún podíamos hacer algo para salvar a nuestro
planeta tierra!
Había
una vez una persona que vivía al lado de una carretera donde vendía
unas ricas albóndigas con pan. Estaba muy ocupado y por lo
tanto no oía radio, no leía los periódicos ni veía
la televisión. Alquiló un pedazo de terreno, colocó
una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón:
"¡Compren
deliciosas albóndigas calientes!"
Y
la gente se las compraba. Aumentó la adquisición de pan y
carne. Compró un terreno más grande para poder ocuparse de
su negocio que crecía y crecía en clientela, y trabajó
tanto que dispuso que su hijo dejara la Universidad donde estudiaba Ciencias
Comerciales a fin de que le ayudara.
Sin
embargo, ocurrió algo muy importante; su hijo le dijo:
-
"Viejo, ¿tú no escuchas la radio, ni lees los periódicos...
?
¡Estamos
sufriendo una grave crisis! La situación es realmente mala; ¡¡peor
no podría estar!!"
El
padre pensó: - "Mi hijo estudia en la Universidad, lee los diarios,
ve televisión y escucha la radio. Debe saber mejor que yo lo que
está pasando..."
Compró
entonces menos pan y menos carne. Sacó la valla anunciadora,
dejó el alquiler del terreno con el fin de eliminar los gastos y
ya no anunció sus ricas albóndigas con pan. Y las ventas
fueron disminuyendo cada día más.
'Tenías
razón hijo mío', le dijo al muchacho.
'Verdaderamente
estamos sufriendo una gran crisis'.
MORALEJA
No
sigamos hablando de crisis.
Hablemos
sólo de hacer buenos negocios, buenos trabajos y buenas tareas.
Si
nos programamos para fracasar, fracasaremos.
Si
nos mentalizamos para ganar, ganaremos.
Es
una simple elección personal.
PD.-
Recomendación personal:
No
veas, no escuches, no leas noticias por la mañana, sólo te
vas a preocupar y te arruinarán tu día de trabajo.
Mejor, cuando te despiertes por la mañana, escucha la música
que más te agrade y te levante el ánimo.
Hace
ya un tiempo,
Un
hombre castigó su pequeña niña de 3 años
Por
desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado.
El
dinero era escaso en esos días
Por
lo que explotó en furia,
Cuando
vio a la niña tratando de envolver una caja
Para
ponerla debajo del árbol de navidad.
Mas
sin embargo,
La
niña le llevó el regalo a su padre la siguiente mañana
y dijo:
‘”Esto
es para ti, Papito’”.
El
se sintió avergonzado de su reacción de furia,
Pero
éste volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía.
Le
volvió a gritar diciendo:
‘”Qué
no sabes que cuando das un regalo a alguien
Se
supone que debe haber algo adentro?’”
La
pequeñita volteó hacia arriba con lágrimas en los
ojos y dijo:
‘”Oh
papito, no está vacía, yo soplé besos adentro de la
caja,
Todos
para ti, papi.’”
El
padre se sintió morir puso sus brazos alrededor de su niña
y
le
suplicó que lo perdonara.
Se
ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama
por
años y siempre que se sentía derrumbado, él tomaba
de la caja
un
beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto
ahí.
En
una forma muy sensible, cada uno de nosotros humanos hemos recibido
un
recipiente dorado, Lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos,
Amigos,
familia o de Dios.
Nadie
podría tener una propiedad o posesión
más
hermosa que esta.
Proverbios
10:12 El odio despierta rencillas;
Pero
el amor cubrirá todas las faltas.
Los
adultos siempre se están quejando por todo. Mi papá anoche
se quejaba porque nos habían subido la renta y ya no le alcanzaba
para pagar las cuentas. Mi mamá lloraba. Mis hermanos y yo, los
observábamos desde las escaleras. Siempre se quejaban de nuestra
pobreza y nuestras carencias.
-
No veo que nos falte nada, tenemos una casa, una cama, agua y comida...-
dijo mi hermano Juan.
-
Es verdad- respondió mi hermana Blanca. Así, convencidos
de tener la razón, nos fuimos a la habitación. Nos subimos
los tres a nuestra única cama y nos acostamos.
El
frío se colaba por las rendijas de las paredes de madera, pero gracias
a Dios, juntos nos calentábamos unos a otros. Eso era bueno. Después
empezó a llover y tuvimos que poner recipientes donde caían
las goteras, pero gracias a Dios, no caían goteras sobre nuestra
cama y eso era bueno también.
A
la mañana siguiente, bajamos a desayunar. Mamá dijo que solo
había pan con mantequilla. Ella me miraba con tristeza y le pregunté:
-
Mamá, ¿por qué estás triste?
-
Porque quisiera tener algo más para darles de desayunar.
-
¡Pero si a mí me encanta el pan con mantequilla, mamá!-
ella sonrió dulcemente- y me lo comí hasta la última
migaja.
Nos
fuimos a la escuela y pasamos por un charco que había quedado de
la lluvia y se nos metió el agua en nuestros zapatos rotos. Nos
reímos despreocupadamente y seguimos nuestro camino. En el recreo,
todos los demás niños llevaban sus frutas y sandwiches para
comer, nosotros no llevábamos nada, pero qué bueno, porque
así tendríamos más hambre al llegar a casa y nos comeríamos
todo lo que mamá nos diera.
Salimos
de la escuela y nos fuimos corriendo a casa. Teníamos mucha hambre.
Llegamos directito a la mesa (después de lavarnos las manos). Mamá
nos dijo muy triste, que lo único que había para comer, era
pan con mantequilla.
-
¡Qué rico mamá!- y mis hermanos y yo, lo comimos felices
y contentos.
Después
de que hicimos la tarea, salimos a jugar. Nos divertimos mucho imaginando
que los charcos eran grandes océanos y el lodo, montañas
que subíamos y bajábamos con facilidad.
Llegó
la hora de la cena y pude notar que mamá lloraba, al servirnos pan
con mantequilla nuevamente. Entonces le dije:- Mamá, no estés
triste, si a nosotros nos gusta el pan con mantequilla- mis hermanos
asintieron y esa noche comimos nuestros panes con mantequilla con más
ganas que nunca, para que ella viera lo felices que estábamos. Después
nos fuimos a acostar y agradecimos a Dios por aquel día tan estupendo
y por el delicioso pan con mantequilla.
¡Ay
quien viera la vida como un niño!. Habría menos personas
infelices en el planeta. Estamos inmersos en un mundo tan materialista,
que no somos felices si no tenemos lo que se anuncia en la televisión,
queremos tener la ropa de última moda, queremos auto último
modelo, queremos tener lo último en tecnología...Codiciamos,
anhelamos, envidiamos, y no nos damos tiempo para vivir y disfrutar lo
que realmente vale la pena.
Los
niños saben disfrutar el momento, saben usar su imaginación
y encontrarle gusto a la vida. Saben disfrutar un pan con mantequilla como
el mejor de los manjares, porque no están pensando en que otros
tienen otras cosas mejores para comer. Saben disfrutar de un juego con
solo lodo, porque no están pensado en que otros tienen juguetes
de verdad. Saben encontrar lo positivo a todo.Saben encontrar lo divertido
aun teniendo los zapatos rotos...
Reencontremos
esa alegría de vivir de la niñez, disfrutando todo lo que
Dios nos da, sin estar pensando en lo que tienen otros. Aprendamos a tomar
solo lo bueno de la vida y a saborearla, aunque solo tengamos pan con mantequilla
para comer. De nosotros depende convertirlo en un manjar..
Hace
tiempo. leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren.
Una lectura extremadamente interesante, cuando es bien interpretada.
La
vida no es más que un viaje en tren, repleto de embarques y desembarques,
salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos casos y de profundas
tristezas en otros. Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con
algunas personas, las cuales creemos que siempre estarán con nosotros
en este viaje (nuestros padres).
Lamentablemente
la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos
huérfanos de su cariño, amistad y su compañía
irreemplazable.
No
obstante, esto no impide que se suban otras personas que serán muy
especiales para nosotros. Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores
maravillosos.
De
las personas que toman este tren, habrá también los que lo
hagan como un simple paseo. Otros encontrarán solamente tristeza
en el viaje. Y habrá otros que, circulando por el tren, estarán
siempre listos en ayudar a quien lo necesite. Muchos al bajar, dejarán
una añoranza permanente. Otros pasarán desapercibidos, que
ni siquiera nos daremos cuenta que desocuparon el asiento.
Es
curioso que algunos pasajeros, quienes nos son más queridos, se
acomodan en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto, se nos obliga hacer
el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que durante
el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a
ellos. Pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá
otra persona ocupando el asiento. No importa; el viaje se hace de este
modo: lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas
y despedidas… Pero nunca habrá regresos.
Entonces
hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de relacionarnos
bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo mejor de ellos. Recordemos
siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear
y probablemente precisaremos entenderlos. Nosotros también titubearemos
y habrá alguien que nos comprenda.
El
gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en qué estación
bajaremos y mucho menos dónde bajarán nuestros compañeros,
ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado.
Me
quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia… creo
que sí.
Separarme
de algunos amigos de los que hice en el viaje será doloroso. Dejar
que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la
esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación
principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un
equipaje que no tenían cuando embarcaron. Lo que me hará
feliz, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera
y se hiciera valioso.
Amigo
mío, hagamos que nuestra estancia en este tren sea tranquila y que
haya valido la pena.
Hagamos
tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento
vacío, deje añoranza y lindos recuerdos a los que permanezcan
en el viaje.
A
tí, que eres parte de mi tren, te deseo un… ¡¡¡Feliz
viaje!!!
En
un pozo profundo vivÌa una colonia de ranas. Llevaban su vida, tenían
sus
costumbres, encontraban su alimento y croaban a gusto haciendo
resonar
las paredes del pozo en toda su profundidad. Protegidas por su
mismo
aislamiento, vivían en paz, y sólo tenían que guardarse
del pozal que,
de
vez en cuando, alguien echaba desde arriba para sacar agua del pozo.
Daban
la alarma en cuanto oían el ruido de la polea, se sumergían
bajo el
agua
o se apretaban contra la pared, y allí esperaban, conteniendo la
respiración,
hasta que el pozal lleno de agua era izado otra vez y pasaba el
peligro.
Fue
una rana joven a quien se le ocurrió pensar que el pozal podía
ser una
oportunidad
en vez de un peligro. Allá arriba se veía algo asÌ
como una
claraboya
abierta, que cambiaba de aspecto según fuera de día o de
noche,
y
en la que aparecían sombras y luces y formas y colores que hacían
presentir
que
allí había algo nuevo digno de conocerse.
Y
sobre todo, estaba el rostro con trenzas de aquella figura bella y fugaz
que
aparecía
por un momento sobre el brocal del pozo al arrojar el cubo y recobrarlo,
todos
los días en su cita sagrada y temida.
La
rana joven habló, y todas las demás se le echaron encima:
Eso
nunca se ha hecho. Sería la destrucción de nuestra raza.
El cielo nos castigará,
te
perderás para siempre. Nosotras hemos sido hechas para estar aquí,
y aquí es
donde
nos va bien y podemos ser felices. Fuera del pozo no hay nadie que se
atreva
a violar las sabias leyes de nuestros antepasados.
¿Es
que una rana jovenzuela de hoy puede saber más que ellos?"
La
rana jovenzuela esperó pacientemente la próxima bajada del
pozal. Se colocó
estratégicamente,
dio un salto en el momento en que el pozal comenzaba a ser
izado
y subió en él ante el asombro y el horror de la comunidad
batracia. El
consejo
de ancianos excomulgó a la rana prófuga y prohibió
que se hablara de
ella.
Había que salvaguardar la seguridad del pozo.
Pasaron
los meses sin que nadie hablara de ella y nadie se olvidara de ella. Un
buen
día se oyó un croar familiar sobre el brocal del pozo, se
agruparon abajo
las
curiosas y vieron recortada contra el cielo la silueta conocida de la rana
aventurera.
A su lado apareció la silueta de otra rana, y a su alrededor se
agru-
paron
siete pequeños renacuajos.
Todas
miraban sin atreverse a decir nada, cuando la rana habló: "Aquí
se está
maravillosamente;
hay agua que se mueve, no como allá abajo, hay unas fibras
verdes
y suaves que salen del suelo y entre las que da gusto moverse, hay
muchos
bichos pequeños muy sabrosos y variados, cada día se puede
comer
algo
diferente. Hay muchas ranas de muchos tipos distintos, y son muy buenas.
Yo
me he casado con ésta que está aquíÌ a mi lado
y tenemos siete hijos y somos
muy
felices, Aquí hay sitio para todas, porque esto es muy grande y
nunca se
acaba
de ver lo que hay allá lejos."
De
abajo, las fuerzas del orden advirtieron a la rana que, si bajaba, sería
ejecutada
por
alta traición; ella dijo que no pensaba bajar y que les deseaba
a todas que lo
pasaran
bien, y se marchó con su compañera y los siete renacuajitos.
Abajo en el
pozo
hubo mucho revuelo. Algunas ranas quisieron comentar la propuesta, pero
las
autoridades
las acallaron enseguida y la vida volvió a la normalidad de siempre
en el
fondo
del pozo. Al día siguiente, por la mañana, la niña
de las trenzas rubias se
quedó
asombrada cuando, al sacar el cubo con agua del pozo, vio que estaba lleno
de
ranas.
En
sánscrito hay una palabra compuesta para designar a una persona
estrecha de
miras,
que se conforma con oír lo que siempre ha oído y hacer lo
que siempre ha
hecho,
lo que hace todo el mundo y lo que, según parece, han de hacer todos
los
que
quieran seguir una vida tranquila y segura.
La
palabra es "rana de pozo", y ha
pasado
del sánscrito a las lenguas indias modernas, en las que se usa con
el mismo
sentido.
A nadie le gusta que se la digan.
Aun
así, el mundo está lleno de pozos, y
los
pozos llenos de ranas.
Y
las niñas con trenzas siguen llevándose sustos de vez
en
cuando por la mañana.
Por
Carlos G. Vallis"