Tú no puedes exigir a nadie
que te quiera,
pero, en cuanto no seas exigente
y sueltes los apegos,
podrás reconocer
cuántas personas te quieren
así como eres,
sin exigirte nada,
y comenzarás a saber
lo que es amor.
Los Evangelistas nos hablaron de un Jesús que usaba las parábolas para explicarnos la realidad del Reino de Dios. Espero que estos cuentos os puedan conducir al mismo destino.
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