Los Evangelistas nos hablaron de un Jesús que usaba las parábolas para explicarnos la realidad del Reino de Dios. Espero que estos cuentos os puedan conducir al mismo destino.
Tú mismo tienes que ser el maestro y el discípulo. En el momento en que reconozcas a otro como discípulo, estarás negando la verdad. En la búsqueda de la verdad no hay ningún maestro, ni ningún discípulo.
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