La consciencia es el producto de la mente y la mente es el resultado del condicionamiento, del deseo, y por ello es la sede de la personalidad. Sólo cuando la actividad de la personalidad y de la memoria se detiene, surge una consciencia totalmente distinta, para la cual toda especulación es un impedimento. El esfuerzo por expandirse sigue siendo la actividad de la personalidad cuya consciencia es creer, transformarse. Tal consciencia, aunque expandida, está vinculada al tiempo, por lo cual no es Eterna.
Authentic Report of Sixteen Tals given in 1945.
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