Si padecemos una enfermedad orgánica, sobrellevamos ese estado, como todos los mecanismos, de la mejor manera posible. Las desilusiones psicológicas, las tensiones, los conflictos, los ajustes equivocados, producen una infelicidad mayor que los padecimientos físicos. Generalmente tratamos de erradicar los síntomas en lugar de la causa. La satisfacción de los sentidos no tiene fin y sólo crea cada vez más desorden, más tensión y más miedo. Una vida así tendrá por fuerza que culminar en un desorden mental o físico, o bien en una guerra.
Authentic Report of Sixteen Talks given en 1945.
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