El hombre que adopta la túnica del sanyasi, se deja crecer la barba, va al templo y huye de la vida, no es un hombre religioso. El hombre religioso es aquel que muere cada día y renace cada día. Su mente es joven, inocente y fresca. Para morir a su dolor, debe morir a su placer, a las cosas que mantiene en secreto en su corazón; hacedlo; verás que de esa manera no habrás desperdiciado tu vida; descubrirás algo increíble que ningún hombre ha percibido nunca. Y esto no es ningún premio, pues no hay premio alguno. O muere voluntariamente o muere inevitablemente.
Talks by Krishnamurti in India.
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