domingo, 27 de abril de 2014

EL LAGARTO DE LA MALENA.

Cuenta la leyenda popular que allá por la Edad Media, vivía en las faldas del Castillo, junto ala fuente de la Magdalena, un enorme y temible lagarto que atemorizaba a toda la población de la ciudad. Habitaba en una cueva a cuyos alrededores nadie se atrevía a acercarse puesto que el reptil era conocido por su voraz apetito, que había acabado con la vida de algún que otro pastor y de parte de su ganado. El miedo que infundía este lagarto hacía que nadie frecuentase la zona: ni los pastores, ni los agricultores ni los cazadores.
Los vecinos se quejaban constantemente de no poder vivir con tranquilidad dada la amenaza que suponía el asedio constante del lagarto más famoso de la historia en esta provincia. Nadie se atrevía a hacerle frente ni, por supuesto, a intentar acabar con él. Las autoridades de la época no sabían cómo acabar con este problema y de ahí que ofrecieran una suculenta recompensa a quien se atreviera a eliminarlo. Una tarea harto imposible.
Pero he aquí que un valiente pastor quiso acabar de una vez por todas con este descomunal reptil. Sus propios vecinos desconfiaban de su habilidad y casi sentían más pena que alivio cuando el pastor solicitó un lote de comida y una gran cantidad de yesca. Durante un tiempo, el inteligente pastor fue alimentando al lagarto con suculentos platos que el voraz reptil obviemente no rechazaba.
Un día, el pastor fue dejando un rastro de alimentos para que el lagarto lo fuese siguiendo. Al final de este suculento sendero de comida, el pastor preparó un pellejo de cordero relleno de la yesca que había solicitado y prendió la mecha justo antes de que el hambriento reptil lo devorara. Algunos momentos más tarde, el horrible lagarto que había atemorizado a la ciudad empezó a revolcarse de dolor.
Su inagotable apetito le había llevado a la perdición ya que poco después el regalo gastronómico que le había hecho el pastor hizo explosión destrozando y desmembrando su cuerpo. De esta manera se puso fin al animal que había hecho temblar a la ciudad durante años.
A la vuelta de su increíble gesta, y una vez se comprobó que la muerte del lagarto era una realidad, los vecinos de la ciudad de Jaén se rindieron ante su astucia y valentía ofreciéndole un homenaje por todo lo alto. Se decretaron va rios días de fiestas en las que participaron todos los vecinos, aliviados ya de la amenaza que suponía el temido reptil. Asimismo, las autoridades se encargaron de que quedara constancia de la gesta llevada a cabo por el pastor y le rindieron múltiples honores.
Es ésta sin duda la leyenda más popular y emblemática de la ciudad, la que ha generado más mitos y expresiones populares. Así, se dice que la piel del lagarto aún se encuentra guardada detrás de uno de los retablos de la Catedral de Jaén. También, cuando alguien come mucho se le dice que "va a reventar como el lagarto de la Magdalena ". ¿Leyenda? ¿Realidad? Al fin y al cabo, parte de la historia de una ciudad de la que se dice que durante un tiempo tuvo la forma de un gran lagarto.
Cazabán recoge otra versión: un guerrero vestido con traje de espejos espero al monstruo y al salir éste, quedó deslumbrado por las reverberaciones de la luz sobre los cristales, recibiendo entonces el golpe mortal en la espalda.

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