Son
varios los pueblos de Andalucía que se disputan ser el lugar
donde ocurrió la batalla de Munda que perdió el romano Pompeyo.
En Ronda, muchas personas creen que esta batalla tuvo lugar en los Llanos
de Aguaya, cerca del camino de Lifa, cierto o no en esos terrenos si es
verdad que existen restos romanos.
Cuenta la leyenda que tras perder la batalla, Pompeyo buscó refugio en una zona agreste con oquedades rocosas y grandes precipicios situada muy cerca del cortijo de la Sardina Baja, viéndose acosado escondió un gran tesoro en una cueva, según nos cuenta Francisco Domínguez, el tesoro era transportado en siete mulas que llevaban cada una cien kilos. En su recuerdo a esa zona se le denomina Tajo de Pompeyo. Desde entonces mucha gente ha buscado en vano la entrada a la cueva donde está enterrado el tesoro. Uno de ellos fue un empleado del servicio de mantenimiento de carreteras que en su afán de encontrar el tesoro no dudaba en llevarse a la brigadilla de la que era encargado a remover piedras en este tajo, sabemos que citó al dueño de la finca en el antiguo bar Flores, de Ronda, par acordar el reparto en caso de encontrarlo.
En otro de los intentos trajeron de otra población a una “sabia” para que les indicara el sitio exacto desde donde acceder a la cueva; ya en Ronda, cuando la “vidente” se enteró que debía desplazarse al campo mostró su disconformidad rotundamente pero aseguró que desde Ronda podía localizar con exactitud el sitio de la cueva; después de un período de concentración les comunicó que efectivamente, la cueva con el tesoro existía pero que estaba a quince metros de profundidad tapado con toneladas de piedras procedentes de derrumbamientos. No hemos podido enterarnos de los honorarios de la “sabia” por tan “precisos” datos.
Rafael Flores y Andrés Rodríguez. Fotografías de Rafael Floress
Cuenta la leyenda que tras perder la batalla, Pompeyo buscó refugio en una zona agreste con oquedades rocosas y grandes precipicios situada muy cerca del cortijo de la Sardina Baja, viéndose acosado escondió un gran tesoro en una cueva, según nos cuenta Francisco Domínguez, el tesoro era transportado en siete mulas que llevaban cada una cien kilos. En su recuerdo a esa zona se le denomina Tajo de Pompeyo. Desde entonces mucha gente ha buscado en vano la entrada a la cueva donde está enterrado el tesoro. Uno de ellos fue un empleado del servicio de mantenimiento de carreteras que en su afán de encontrar el tesoro no dudaba en llevarse a la brigadilla de la que era encargado a remover piedras en este tajo, sabemos que citó al dueño de la finca en el antiguo bar Flores, de Ronda, par acordar el reparto en caso de encontrarlo.
En otro de los intentos trajeron de otra población a una “sabia” para que les indicara el sitio exacto desde donde acceder a la cueva; ya en Ronda, cuando la “vidente” se enteró que debía desplazarse al campo mostró su disconformidad rotundamente pero aseguró que desde Ronda podía localizar con exactitud el sitio de la cueva; después de un período de concentración les comunicó que efectivamente, la cueva con el tesoro existía pero que estaba a quince metros de profundidad tapado con toneladas de piedras procedentes de derrumbamientos. No hemos podido enterarnos de los honorarios de la “sabia” por tan “precisos” datos.
Rafael Flores y Andrés Rodríguez. Fotografías de Rafael Floress
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