Me acaban de preguntar cómo funciona mi mente. Si penetro un poco en ella, podré mostrarlo. No existe ningún centro desde el cual esté actuando, no hay memoria alguna desde la cual esté respondiendo. Existe la memoria del camino que acabo de tomar, del camino en el que vivo, en el que reconozco tanto a la gente como sus incidentes; sin embargo no existe un proceso de acumulación, ningún proceso mecánico de acumulación gradual, a partir del cual surja una respuesta. Si no conociera el uso de mi idioma, o de cualquier otro idioma, no tendría la capacidad de hablar. La comunicación en el nivel verbal es necesaria para entendernos mutuamente; pero es lo que se dice; cómo se dice, desde dónde se dice, lo que tiene importancia. Ahora bien, al hacer una pregunta, si lo que se contesta es la respuesta de una mente que ha acumulado experiencias y recuerdos, ello sólo será una reacción y por lo tanto no constituirá razonamiento alguno. Sin embargo cuando no existe nada acumulado, lo cual significa que no hay respuesta, no se generará frustración alguna, ni esfuerzo, ni lucha. El proceso y el centro de acumulación es como un árbol de raíces profundas que ha crecido en medio de un arroyo y acumula desperdicios a su alrededor; y el pensamiento, que se encuentra en la parte superior del árbol, imagina que está pensando, que está viviendo. Una mente así sólo está acumulando, y la mente que acumula, ya sea conocimiento, dinero o experiencia, obviamente no está viviendo. Sólo cuando la mente fluye, hay vida.
Krishnamurti´s Talks 1949.
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