lunes, 28 de octubre de 2013

LA ESTATUA.

Vivía hace tiempo en la montaña un hombre que tenía una estatua, obra
de un viejo escultor. La había dejado boca abajo en un rincón de su
cabaña, y no se preocupaba de ella
para nada.
Pero un día acertó a pasar por allí un hombre que venía de la ciudad.



Como era un hombre culto, al ver la estatua, preguntó al dueño sin
estaba dispuesto a venderla.

El dueño lo tomó a risa y dijo:
— Pero, ¿quién va a comprar esa piedra sucia y descolorida?
El hombre de la ciudad dijo:
— Te doy por ella esta moneda de plata.
Y el otro quedó satisfecho y feliz.
La estatua fue llevada a la ciudad a lomos de un elefante. Después de muchas lunas, el hombre de la montaña bajó a la ciudad.
Mientras caminaba por la calle vio que la gente se apelotonaba delante de un edificio, donde un hombre pregonaba a voz en grito:
— ¡Pasen a ver la estatua más bella y maravillosa del mundo! Sólo dos
monedas de plata por admirar la obra de arte de un gran maestro
escultor.

Y el hombre de la montaña pagó dos monedas de plata y entró al museo
para ver la estatua que él mismo había vendido por una sola moneda.

Kahlil Gribán

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