Un día hablaba de un hombre que se lo había estado pensando mucho tiempo antes de decidirse a engrosar el número de los discípulos. "Al fin vino a estudiar conmigo; y el resultado fue que no aprendió nada".
Sólo unos pocos de los discípulos comprendieron: Lo que el Maestro tenía que enseñar no podía ser aprendido. Ni siquiera enseñado. Por eso, lo que realmente se podía aprender de él se reducía a nada".
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