Los Evangelistas nos hablaron de un Jesús que usaba las parábolas para explicarnos la realidad del Reino de Dios. Espero que estos cuentos os puedan conducir al mismo destino.
Ocasionalmente, en el silencio inmóvil, después de la tormenta, del conflicto y del dolor, sobreviene un gozo y una belleza inenarrables; no es el resultado del final de la tormenta sino de que el conflicto haya cesado.
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