Un psicólogo, en una sesión grupal,
levantó un vaso de agua. Todo el mundo esperaba la típica pregunta:
“¿Está medio lleno o medio vacío?” Sin embargo, preguntó: – ¿Cuánto pesa
este vaso? Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. El psicólogo
respondió: “El peso absoluto no es importante. Depende de cuánto tiempo
lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema. Si lo sostengo
una hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo un día, mi brazo se
entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, es siempre el
mismo. Pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, y más difícil de
soportar se vuelve.”
Y continuó: “Las preocupaciones, los pensamientos negativos, los
rencores, el resentimiento, son como el vaso de agua. Si piensas en
ellos un rato, no pasa nada. Si piensas en ellos todo el día, empiezan a
doler. Y si piensas en ellos toda la semana, acabarás sintiéndote
paralizado, e incapaz de hacer nada.” ¡Acuérdate de soltar el vaso!Los Evangelistas nos hablaron de un Jesús que usaba las parábolas para explicarnos la realidad del Reino de Dios. Espero que estos cuentos os puedan conducir al mismo destino.
martes, 21 de octubre de 2014
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