miércoles, 30 de diciembre de 2015

VIOLENCIA


El Maestro no se cansaba de repetir que la culpabilidad -toda culpabilidad- es un funesto sentimiento del que hay que huir como del mismísimo diablo.

"Pero ¿acaso no tenemos que odiar nuestros pecados?", le preguntó un día un discípulo.

"Cuando te sientes culpable, no son tus pecados lo que odias, sino a ti mismo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario