domingo, 20 de marzo de 2016

PRIORIDAD


El Maestro acogía favorablemente los avances de la tecnología, pero era profundamente consciente de sus limitaciones.

Cuando un industrial le preguntó en qué se ocupaba, le respondió: "Me dedico a la industria de las personas".

"¿Y qué demonios es eso?, si puede saberse", dijo el industrial.

"Fijémonos en tu caso", respondió el Maestro. "Tus esfuerzos producen mejores cosas; los míos mejores personas".

Más tarde le decía a sus discípulos: "El objeto de la vida es lograr el esplendor de las personas, pero hoy día la gente parece estar especialmente interesada por el perfeccionamiento de las cosas".

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