LA FELICIDAD QUE EL HOMBRE DEBE PRETENDER
ESTRIBA EN SACARLE EL MÁXIMO PARTIDO
A SU LABOR COTIDIANA,
BUSCANDO UNOS OBJETIVOS CONCRETOS
QUE CONSTITUYAN SU PROYECTO
-AFECTIVO, PROFESIONAL, CULTURAL-.
ESTOS HAN DE ESTAR MOTIVADOS POR UNA PERSONALIDAD
LO MÁS EQUILIBRADA POSIBLE,
QUE NI SE DERRUMBE ANTE TANTAS CONTINGENCIAS
COMO VENDRÁN EN LA VIDA,
NI SE EXALTE ORGULLOSAMENTE EN EXCESO
ANTE LOS ÉXITOS;
QUE SEPA TENER VALOR PARA SEGUIR ADELANTE
ANTE LAS ADVERSIDADES,
SENSATEZ Y PRUDENCIA PARA RECIBIR EL TRIUNFO
Y LA CONSECUCIÓN DE LAS METAS PROPUESTAS.
HA DE VIVIR CON LA MEDIDA QUE LE TRACE LA PRUDENCIA,
CON INTELIGENCIA Y AUTODISCIPLINA,
CON NOBLEZA, CON CAPACIDAD DE OLVIDO ANTE LOS FALLOS
PROPIOS Y AJENOS.
HABRÁ DE SABER DESCUBRIR TODO LO BELLO Y LO HERMOSO
Y NOBLE QUE HAY;
GOZAR Y DISFRUTAR DE LA BELLEZA.
ENRIQUE ROJAS, UNA TEORÍA DE LA FELICIDAD.
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