No hay que violentarse con nada
ni para mejorarlo
ni para cambiarlo.
Lo que es, es,
y sólo lo es
por su propia causa;
nada te puede dañar
si estás despierto.
Los Evangelistas nos hablaron de un Jesús que usaba las parábolas para explicarnos la realidad del Reino de Dios. Espero que estos cuentos os puedan conducir al mismo destino.