Jesús no rechazaba a los malos,
porque los comprendía.
Rechazaba a los hipócritas
que falseaban la verdad
y eran crueles con los débiles.
Lo que rechazaba era su actitud,
y se lo decía en la cara,
para que despertasen.
Los Evangelistas nos hablaron de un Jesús que usaba las parábolas para explicarnos la realidad del Reino de Dios. Espero que estos cuentos os puedan conducir al mismo destino.
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