Hay perlas en la profundidad del mar,
pero si quieres tenerlas
debes dejar la comodidad de la orilla
y afrontar todos los peligros.
Si después de zambullirte
una sola vez en el agua
no las encuentras,
no llegues a la conclusión
de que no hay perlas en el mar.
Sumérgete una y otra vez,
y ten la seguridad de que la final
tendrás tu recompensa.
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