Para encontrar una solución al conflicto de la dualidad y al dolor inherente a la elección, debemos ser muy conscientes observando silenciosamente las implicaciones del conflicto. Sólo entonces descubriremos que existe un estado en el cual el conflicto de la dualidad ha cesado. No puede haber integración de los opuestos, codicia y no codicia. Cuando alguien intenta no ser codicioso, sigue siéndolo. ¿No debería abandonar ambas, codicia y no codicia, para estar por encima y más allá de la influencia de las dos?
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