Lo contrario al miedo
es el amor.
Donde existe el amor
no hay miedo alguno.
Y el que no tiene miedo alguno
no teme a la violencia,
porque él no tiene
violencia alguna.
Toda violencia viene del miedo
y crea más violencia.
Los Evangelistas nos hablaron de un Jesús que usaba las parábolas para explicarnos la realidad del Reino de Dios. Espero que estos cuentos os puedan conducir al mismo destino.
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