La personalidad está formada, está constituida, por lo tanto cuando sus partes se disuelven no es. Pero en la ilusión, la personalidad se separa de sus cualidades a fin de protegerse a sí misma, a fin de proporcionarse continuidad, permanencia. Se refugia en sus cualidades separándose de ellas. La personalidad afirma que es esto y es aquello; la personalidad, el yo, modifica, cambia, transforma sus pensamientos, sus cualidades, pero este cambio sólo fortalece las propias barreras de protección de la personalidad. No obstante, si somos conscientes de una manera profunda, percibiremos que el pensador y sus pensamientos son una sola cosa; el observador es el observado. Experimentar este hecho real de integración resulta extremadamente difícil y la correcta meditación es el camino para tal integración.
Authentic Report of Sixteen Talks given in 1945.
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