Cuando se hizo evidente que el Maestro iba a morir, los discípulos quedaron deprimidos.
Sonriéndoles, dijo el Maestro: "¿Acaso no veis que la muerte es lo que le da encanto a la vida?"
"No. Nosotros preferiríamos, con mucho, que no murieras nunca".
"Todo lo que está verdaderamente vivo debe morir. Fijaos en las flores: sólo las flores de plástico no mueren nunca".
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