"¿Existe Dios?, preguntó un día el Maestro.
"Sí", respondieron a una los discípulos.
"Falso", dijo el Maestro.
"No", replicaron los discípulos.
"Falso de nuevo", insistió el Maestro.
"Pues ¿cuál es la respuesta?", preguntaron los discípulos.
"No hay respuesta".
"¿Por qué?, si puede saberse".
"Porque no hay pregunta", respondió el Maestro.
Más tarde lo explicaba: "Si no puedes decir nada de Aquel que supera todo pensamiento y toda palabra, ¿cómo puedes preguntarte algo acerca de él?"
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