Piensa en algún sufrimiento,
molestia o preocupación que tuviste.
Ahora piensa que,
si tuvieses mayor conciencia,
no habrías sentido dolor.
No es la vida lo difícil,
eres tú quien la vuelve difícil.
Los Evangelistas nos hablaron de un Jesús que usaba las parábolas para explicarnos la realidad del Reino de Dios. Espero que estos cuentos os puedan conducir al mismo destino.
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