Cuentan que un indio condenado a muerte se escapó.
Como lo perseguían de cerca,
se subió a un árbol que crecía al borde de un precipicio.
Abajo lo esperaban sus guardianes.
Pero de pronto descubrió que el árbol
era un manzano
y se puso a saborear sus frutos.
¿Es posible saborear el presente,
sin proyectar el pasado en el futuro?
Eso sólo lo descubrirás cuando estés despierto
y viviendo en el presente.
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