domingo, 8 de noviembre de 2015

ABSURDO.


            El Maestro no dejaba de restregar un ladrillo contra el suelo de la habitación en la que estaba sentado su discípulo, entregado a la meditación.

           Al principio, el discípulo estaba contento, creyendo que el Maestro trataba de poner a prueba su capacidad de concentración. Pero cuando el ruido se hizo insoportable, estalló: "¿Qué diablos estás haciendo? ¿No ves que estoy meditando?"

           "Estoy puliendo este ladrillo para hacer un espejo", replicó el Maestro.

           "¡Tú estás loco! ¿Cómo vas a hacer un espejo de un ladrillo?"

           "¡Más loco estás tú! ¿Cómo pretendes hacer un meditador de tu propio yo?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario