Aunque era el "día de silencio" del Maestro, un viajero le suplicó que le diera un consejo que pudiera orientarle a lo largo de toda su vida.
El Maestro asintió afablemente, tomó una hoja de papel y escribió en ella una sola palabra: "Consciencia".
El visitante quedó perplejo. "Eso es demasiado breve. ¿No podrías ser un poco más explícito?"
El Maestro tomó de nuevo el papel y escribió: "Consciencia, consciencia, consciencia".
"Pero ¿qué significan esas palabras?", preguntó el otro sin salir de su estupor.
El Maestro volvió a echar mano al papel y escribió: "Consciencia, consciencia, consciencia significa CONSCIENCIA".
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