El Maestro impartía su doctrina en forma de parábolas y de cuentos que sus discípulos escuchaban con verdadero deleite, aunque a veces también con frustración, porque sentían necesidad de algo más profundo.
Esto le traía sin cuidado al Maestro, que a todas las objeciones respondía: "Todavía tenéis que comprender, queridos, que la distancia más corta entre el hombre y la Verdad es un cuento".
En otra ocasión dijo: "No despreciéis los cuentos. Cuando se ha perdido una moneda de oro, se encuentra con ayuda de una minúscula vela; y la verdad más profunda se encuentra con ayuda de un breve y sencillo cuento".
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