"Los asuntos de Estado no me permiten escuchar largos discursos", dijo. "¿Podrías, pues, decirle en unas cuantas frases la esencia de la religión a un hombre tan ocupado como yo?"
"Lo diré en una sola palabra, en honor a su Excelencia".
"¡Increíble! ¿Cuál es esa insólita palabra?"
"Silencio".
"¿Y cuál es el camino hacia el Silencio?"
"La meditación".
"¿Y qué es, si se me permite preguntarlo, la meditación?"
"Silencio".
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