El discípulo quería un sabio consejo.
"Ve, siéntate en tu celda, y tu celda te enseñará la sabiduría", le dijo el Maestro.
"Pero si yo no tengo ninguna celda... Si yo no soy monje..."
"Naturalmente que tienes una celda. Mira dentro de ti".
Los Evangelistas nos hablaron de un Jesús que usaba las parábolas para explicarnos la realidad del Reino de Dios. Espero que estos cuentos os puedan conducir al mismo destino.
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