Hay un juego psicológico,
el del triángulo,
que se suele llamar el juedo del "Sí... pero".
Es como una transacción entre dos o más personas.
En ese triángulo, irremediablemente,
haces uno de estos tres papeles:
rescatador, perseguidor o víctima.
El rescatador actúa bajo el influjo de la culpabilidad.
El perseguidor, bajo el influjo de la agresividad.
La víctima, bajo el influjo del resentimiento.
Si tú entras en el triángulo,
cargarás con las consecuencias:
te quemarás.
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