¿Qué te causa miedo?
Tu miedo brota de la manera
como ves las cosas y
de las consignas de tu mente.
Cuestiónalo todo
y saca fuera la realidad que hay detrás.
Es más difícil romper las paredes de cemento
que las de tu propia mente.
Te es más cómodo hacer
lo acostumbrado.
Prefieres lo conocido al cambio.
Analiza con calma cuáles son
tus cárceles imaginarias y
los porqués de tu miedo.
El día en que sientas el vacío
de no tener nada a qué aferrarte,
¡buena señal!
Ya puedes contruir con realidad.
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