En cierta ocasión, explicaba el Maestro del siguiente modo cómo la iluminación no proviene del esfuerzo, sino de la percepción:
"Imaginad que se os ha hipnotizado a todos para haceros creer que hay un tigre en esta habitación. En vuestro miedo, intentaréis huir de él, luchar contra él, protegeros de él, apaciguarlo... Pero una vez que se pasan los efectos de la hipnosis, percibís que no es preciso hacer nada de eso. Y entonces habréis cambiado radicalmente:
La percepción rompe el hechizo,
el hechizo roto ocasiona el cambio,
el cambio conduce a la inacción,
y la inacción es poder:
podeís hacerlo todo en el mundo,
porque ya no sois vosotros quienes lo hacéis".
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