A un discípulo que no dejaba de pedirle respuestas le dijo el Maestro: "Tienes en tu interior las respuesta a todas las preguntas que haces; lo único que necesitas es saber cómo buscarla".
Y otro día le dijo: "En el país del espíritu no puedes caminar a la luz de una lámpara ajena. Tú me pides que te preste la mía. Pues bien, preferiría enseñarte a hacerte tu propia lámpara".
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