martes, 8 de diciembre de 2015

FILOSOFÍA.


Antes de comprometerse a ser discípulo, el visitante quiso obtener del Maestro alguna garantía:

"¿Puedes decirme cuál es el fin de la vida humana?"

"No, no puedo".

"¿O al menos su sentido?"

"Tampoco puedo".

"¿Y no podrías indicarme cuál es la naturaleza de la muerte y cómo es la vida más allá de ella?"

"Tampoco".

El visitante se marchó decepcionado y los discípulos quedaron consternados por la pobre impresión que había dado su Maestro.

Pero el Maestro, en tono consolador, les dijo: "¿De qué vale comprender la naturaleza y el sentido de la vida si ésta nunca ha sido degustada? Es mejor comer el pastel que formular teorías acerca de él".

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