"¿Dónde puedo encontrar a Dios?"
"Está justamente delante de ti".
"Entonces, ¿por qué no consigo verlo?"
"¿Y por qué el borracho no consigue ver su casa?"
Más tarde dijo el Maestro: "Trata de averiguar qué es lo que te emborracha. Para poder ver, has de estar sobrio".
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