viernes, 21 de febrero de 2014

LUCHA POR EL TRABAJO.


Soy un joven mas de esta sociedad argentina. Como es habitual en los estudiantes, queremos conseguir un trabajo por temporada para costear nuestros gastos del año, y si conseguimos quedar efectivos, mejor. Si usted también está queriendo lo mismo, déjeme que le relate el cuentito sobre el eterno momento en el que hay que pasar hasta encontrar un trabajo.

Si no le gustan las agencias y desea ir por otro camino están las opciones de: a través de conocidos, familiares, leyendo el diario, publicando en un diario, repartiendo currículum por todos los negocios o viendo si hay un aviso en algún negocio que necesitan empleado. Al final de todo esto, es lo mas probables que consigas algo en el que tu sueldo sea bajo y estés en negro.

Para los que desean algo mejor se van a las agencias. Tu currículum pasa a formar parte de una gran montaña de currículum los cuales se renuevan cada tanto y los viejos, bueno, en el basurero. Luego si tenés suerte te llaman para una entrevista. Las más exigentes te hacen completar una extensa ficha, otras, sólo una planilla o nada. Te podes encontrar con test de razonamiento, con test de personalidad, entrevistas sobre tu persona para conocerte. En esas entrevistas te preguntan sobre tus fortalezas, debilidades, hobbies y varias verduritas mas que uno ni sabe para que le importan. Hasta que llegamos a una persona que es de la empresa y nos hacen una charla en la cual sentimos que necesitamos ser súper intelectuales y muy experimentados para poder entrar.
Mientras seguís gastando plata, tiempo y energía. ¿Te doy la última noticia? Dentro de unos cinco años o menos, el secundario completo que tanto te exigen no va a servir de nada, será estudio universitario o terciario completo. SI, aunque no le guste, así me lo dijeron en una entrevista con una empresa que está adelantada cinco años mas en el tiempo que Argentina.

Un grupo reducido llega a su meta de conseguir el trabajo mientras tanto mucho mas de la mitad sigue dando vueltas sin saber para dónde ir. Y así sigo en la lucha para conseguir un trabajo. En mi mente solo tengo el pensamiento de que lo voy a lograr.

Esto es real, no es ficción. No es para deprimir ni desanimar a nadie. Solo es para aprender y reflexionar sobre vivencias e historias de otros. La experiencia de los demás es útil para mejorar nuestra propia experiencia, no cometer los mismos errores y conocer mejor el camino hacia nuestra propia meta.

EL DIARIO DE UN MANIQUÍ.

Seguro que usted se preguntará qué piensa un maniquí, ya sea de figura masculina o femenina, cuando va a comprarse ropa. Aquí les traigo un fragmento de un diario de un maniquí.

Querido diario:

Hoy fue un día como todos. Me pusieron ropa nueva, ahora estoy mas linda que las otras maniquíes. Como siempre soy el símbolo de la moda y de la perfección femenina.
¿Pero a veces me llevo cada susto! Vino al local de ropa una adolescente que me estuvo mirando como media hora… ¡hay nena!, pensé dentro mío, ¡deja de mirarme! Sos una gorda, fea y esta ropa no es para vos. ¡Aparte no hay de tu talla! jajajaja.

Luego de estar dos horas eternas de aburrimiento gritándole a cada mujer “bonita” que pasaba que me mire y compre lo que llevo puesto llegó una mujer hermosa. Flaquita, rubia de ojos claros, con lindos pechos y una cola bien paradita. ¡Al fin alguien como la gente! Qué felicidad sentí en ese momento. Por fin una mujer ideal.

Ya era de tardecita cuando mi felicidad se trasformó en horror. Una chica de un metro sesenta y de unos cincuenta y seis kilos se acercó a verme. ¡Por favor no!, mi ropa es para mujeres lindas no para gordas como vos. Aparte apenas tendrás ochenta y cinco de pecho y de cola mm…. Qué desilusión, ahhh… Esta gente ilusa.

Llegó la noche y el local cerró. Para mi desesperada sorpresa me sacaron toda la ropa y me llevaron al depósito del local. Mientras me dejaban depositada en un rincón llegué a oír que ya no les servía más. Al día siguiente iban a traer unos maniquíes más lindos que yo. Me sentía como un humano de aquellos tantos que me burlé y desprecié. Ahora se que se siente.

A mi lado había un maniquí de ropa masculina, también le había pasado lo mismo que a mí. Esa noche me contó que también se jactaba de ser musculoso, lindo y que siempre usaba ropa de última moda. Pero tampoco ya no servía más.

Tal vez estas sean mis últimas palabras en mi diario. Vendrán otros maniquíes como yo, se la creerán lo mismo que yo, pero al final, quedarán igual que yo.

Ahora entiendo más a los humanos.

PERJUICIOS AMOROSOS Y SOCIALES.


Durante toda la vida han existido los cuentos. Siempre fueron utilizados como entretenimientos o para dejar enseñanzas. Fábulas, historias, parábolas, la mayoría inventadas por alguien que quería transmitir algún mensaje o simplemente, entretener. Pero no hay mejor historia para contar, ya sea con una enseñanza o solamente para entretenernos, que una historia la cual haya sido real y contada por la persona a la cual le sucedió. Por eso creo que lo que voy a escribir, es una historia mía.

¿Cuántas veces nos hemos imaginado a la persona con la cual deseamos enamorarnos? Por mas que digas nunca, siempre tuviste en mente un estilo de persona con la cual te gustaría encontrarte. Mi objetivo va un poco más allá de esto, me refiero a cuando las “apariencias” engañan. Nunca digas: “el agua de este pozo no he de beber”.

¡No, no no! No quiero estar con ese tipo de personas. No quiero estar con una persona que no viva en mi ciudad, etc, etc… justamente esa fue la persona con la que me encontré. Fue justo esa noche en la cual todos desaparecieron y quedamos mi amigo y yo, fue justo ese lugar al cual casi no vamos. Estuviste justo vos que tampoco ibas a ir con tu amiga. Fue justo el momento en el cual mi amigo invitó a tu amiga a salir, fue justo cuando te vi y no me gustaste ni yo a vos. Pero fue justo en ese momento en el cual pensé, “no quiero quedar mal” y también te invité a salir a bailar. Pero fue justo que vos no te gustaba casi bailar, pero fue justo el momento en que nos pusimos a hablar. Fue justo esa noche del primer beso la cual nos unió ya casi hace un año y medio.

Al principio no nos entendíamos mucho, cada uno era de un mundo diferente, y por eso mas de mi lado, varios perjuicios. Pero con el tiempo aprendí tantas cosas…al principio nadie nos daba mucha esperanza pero ahora estamos re enamorados y nos amamos un montón.

Es justo la casualidad que quien escribe esto es un hombre, es que esa mujer me enseñó que primero hay que conocer sin prejuzgar. Y si…fue justo ese momento en el que Dios o el destino para los que creen en el, para que yo aprenda una importante lección y saliera de mi mundo encapsulado. Ahora es la persona que mas amo y no me avergüenzo de escribir esto.

Ahora intento no prejuzgar las cosas o a las personas antes de conocerlas.

Va a ser JUSTO el momento en el que te sucederá algo que te hará cambiar la manera de pensar sobre lo que te rodea.

¿QUIÉN SOY?


Desde el mundo del tiempo, el más complicado para los humanos viajamos al mundo discriminatorio de la moda. Desde ahí pasamos por la necesidad de encontrar un trabajo digno que nos haga sentir útiles hasta la lección de que la fuerza no está solamente en los poderosos. Pasamos por un mundo en donde encontramos la esperanza de que podemos cumplir nuestros sueños, pero a la vez recorrimos otro en donde aprendimos en que hay que aprovechar bien cada momento de nuestra vida respetando los tiempos. También estuvimos en el mundo en donde los perjuicios y prejuicios pueden ser un obstáculo y una pérdida de oportunidades.
Discriminación, valorización, metas, tiempo, perjuicios, prejuicios, responsabilidad e inteligencia han sido parte de nuestro camino, más allá de todas las cosas que ustedes habrán podido encontrar estas han sido las bases de: Cuentos para Pensar.

Ahora… ¿Qué pasa cuando queremos ser varias personas al mismo tiempo para quedar bien?

Existía en un bosque un camaleón, a diferencia de todos los animales, él se podía confundir perfectamente cambiando su color con el medio que lo rodea. Se paseaba por el bosque saludando a los animales mientras se jactaba de su habilidad de cambiar el color de su cuerpo a cada instante.
Paseando por el bosque se encontró con el loro, para quedar bien, se puso de color verde para verse como el y ser aceptado por el loro. Más adelante se encontró con el castor y se cambió a color marrón para ser igual que él, y así se cambiaba de color dependiendo del animal con el que se encontraba.
Un buen día el camaleón se enfermó y fue a pedir ayuda a los animales del bosque. A causa de su enfermedad no podía cambiar de color y quedó de un solo color, gris a causa de su enfermedad. Se acercó al loro pero este, que siempre lo había visto verde no lo reconoció, lo mismo pasó con el castor y con cada animal del bosque. ¡Hay, por qué no fui siempre yo! Se lamentaba el camaleón.
Justo por ahí pasaba una lagartija, al ver el problema del camaleón le dijo: - Tienes que aprender que tus habilidades son de defensa y no para quedar bien con los demás. Al fin y al cabo, nunca fuiste vos y por eso nadie te reconoce.

PERROS VERSUS GATOS.

Había una gran conmoción en la plaza. Hacía ya un tiempo que había una guerra declarada entre perros y gatos en la ciudad. Pero el jefe de los gatos había pasado ya el límite, le había robado el hueso preferido al jefe de los perros. La situación estaba muy tensa. Esa tarde todos los perros y gatos de la ciudad se encontraron en la plaza, unos enfrentados a los otros, listo para dar peles cuando justo pasó por ahí una tortuga…
En el medio de los dos bandos apareció una tortuga a la cual parecía importarle poco lo que sucedía.
-¡Oye tortuga torpe! –gritó el jefe de los perros-¡sal del medio si no quieres terminar como los gatos!
-¡Si sal! –gritó el feje de los gatos para no ser menos- que hoy vamos a demostrarles a esos perros quién manda.
La tortuga que no tenía apuro miró por unos segundos a los perros, luego a los gatos y contestó:
-¡Son los animales mas tontos que he visto en toda mi vida! ¿Por qué se pelean?
-Y a ti que te importa –respondió el jefe de los gatos- no es asunto tuyo
-¡Por supuesto que si lo es! –contestó tranquilamente la tortuga
-¿Y por qué lo es? –preguntó un perro picado por la curiosidad.
-Bueno… si entre ustedes se matan no va a ver quien custodie la seguridad pues no va a ver perros. Las ratas van a invadir todo y eso va a ser terrible!
-¿Y a ti que te importa eso? ¡Ya no se puede vivir con esos perros pulguientos! –gritó un gato- que se hacen llamar los mejores amigos del hombre.
-Ustedes también lo son –dijo la tortuga-sin ustedes habría ratas por todos lados, aparte ustedes no son diferentes.
Todos los perros y gatos se largaron a reír a las carcajadas.
-¿No somos diferentes? –dijo el jefe de los perros- ¡veo que además de ser una tortuga muy tonta eres ciega!
-¡Oye! Mas respeto conmigo –contestó ofendida la tortuga- ¿acaso ustedes no son animales?
-Si, ¿y? –dijo un gato.
-Unos son caninos y otros son felinos, pero ambos pertenecen al reino animal.
-¿Y eso qué? Los perros son diferentes a nosotros –contestó agrandadamente un gato- por más que sean animales como nosotros no sirven para nada.
-¡Diferentes eh!, díganme, si se dejaran de pelear e intentaran vivir juntos en paz, cooperando uno con lo que hace el otro ¡los dos se verían beneficiados!
-¡No lo creo! –contestó un perro- los gatos son torpes, nosotros somos más inteligentes, somos mas evolucionados y nos llevamos mejor con el hombre. ¡Ellos son interesados!

LA INCÓGNITA.


Nadie sabe lo que es, nadie sabe en dónde se esconde, es la incógnita la que todo el mundo quiere saber. La incógnita del futuro, la incógnita de cada mente que guarda secretos que se esfumarán con el tiempo. Es la incógnita sobre vos, sobre mi, sobre lo prohibido y tal vez lo imposible. La posible salvadora: la repuesta que tal vez nunca llega y deja lugar a la intriga y la imaginación. El rumor del "qué será" que guarda el misterio de la abrumadora incógnita.

EL PLAN DE LOS GATOS.


Había una vez un grupo de gatos que habitaban en un pueblo, andaban deambulando hambrientos por los tejados. Hacía varios días que no probaban un bocado de comida. En el pueblo nadie los quería porque decían que no servían ni para atrapar una rata. Debajo de las calles en las alcantarillas existían enormes colonias de ratones, los cuales parecían imposibles de combatir, ni todos los gatos del pueblo podían con ellas.
Lanchón, el jefe, había diseñado excelentes sistemas de seguridad, de escape de obtención de alimentos. Por esa razón se multiplicaban aún más. Cada día que pasaba la situación era peor, hasta que un día un gato salvaje y viejo llegó al pueblo. Al poco tiempo se enteró de toda la situación.
-Jajaja! –Empezó a reír a carcajadas- ¿No pueden con un puñado de ratoncitos?
-Pues que propones “gato experimentado”? –dijeron enojados los gatos.
-Tengo un plan maestro que no puede fallar…
Esa noche estuvo tranquila, no se vio ningún gato en todo el pueblo. A la mañana siguiente, el gato viejo fue a dar un recorrido por las alcantarillas con una buena horma de queso Sardo. Los ratones desconfiados lo miraban desde sus escondites.
-Es que no hay nadie aquí? –gritó el gato- ¡vengo a hacer una tregua con ustedes!, aquí les
traigo una horma de queso sardo.
Pasaron unos instantes hasta que a los lejos apareció Lanchón. Todos los ratones miraban con temor la situación. Lentamente Lanchón se acercó al gato empezaron a hablar. En ese mismo día se firmó un acuerdo de amistad y paz entre gatos y ratones.
Los días pasaron, los pobladores estaban mas enojados que nunca, pues ahora los gatos robaban comida no solo para ellos, sino que también robaban para los ratones. Luego de unas semanas todos los ratones del pueblo se habían amigado con los gatos. Estos aprovecharon a conocer todos sus secretos, pasadizos, vías de escape y su organización. Cuando vieron que estaba todo listo, decidieron invitar a todos los ratones a una fiesta. El lugar era un sector de la alcantarilla bien amplio que constaba con una sola salida y una sola entrada. En el centro, un espacio muy amplio para todos. Los gatos trajeron todo tipo de manjar para los ratones.
-La verdad que ustedes son unos amigos geniales!- gritó Lanchón- ¡un Urraaaa para los gatos!
-Urraaaaa! –gritaron todos los ratones felices y confiados.
Cuando la fiesta estaba en su mejor momento el gato viejo dio la orden. Un grupo de gatos tapó la entrada y otro la salida para que ningún ratón escapase mientras que el resto de los gatos se abalanzó sobre los ratones. No quedó un ratón en el pueblo.
Esa noche fue un banquete para los gato y una excelente noticia para los pobladores.
“Fíjate bien de quién amigo eres, no valla a ser que te encuentres con lo que menos esperes”

LA CAVERNA DE LOS MIEDOS.



Hace mucho tiempo atrás, en un lugar recóndito de la tierra, existía una caverna. Según la leyenda en ese lugar te encontrabas y enfrentabas con tus miedos. Cientos de personas incrédulas desafiaban aquella creencia y se animaban a entrar en la caverna. Muchos de ellos salían pálidos de miedo, otros salían con una enorme sonrisa de su rostro y otros directamente no salían. Según los sobrevivientes, en el interior de la caverna había como una sala de forma ovalada cubierta de espejos en donde se reflejaban todos tus miedos. ¿Y por qué algunos no salían? Según ellos era que dentro de la caverna hay varios pasadizos con instrucciones para llegar a aquella sala y también para salir de la caverna. Pero por el miedo que se apoderaba de algunos se abatataban tomando cualquier pasadizo y se perdían al intentar salir. Luego de un tiempo hubo un terrible terremoto en aquel lugar dejando a la caverna tapada entre las piedras. Pasado los años nadie mas se acordó de aquel lugar, solo quedó su leyenda.

Ahora, trayendo esto a la realidad, ¿nunca te perdiste en la vida por tus propios miedos? ¿Cuántas veces no te animaste a algo por miedo?, ¿cuántas personas terminan con sus vidas por miedo? ¿Cuántas veces se toman decisiones equivocadas por miedo?. Muchas personas logran superar sus miedos y son exitosos en su vida, otras el miedo las empalidece y no se animan a superarlos, otras directamente se pierden en la vida y no salen mas de sus miedos.

Digamos que no tener miedo no es ser imprudente, la prudencia es buena y el valor también? Solo vos conoces tus miedos, ¿vas a dejar que te sobrepasen o vas a salir triunfante de ellos? De ti depende…

LOS COLORES DE CADA MOMENTO.


Ya han pasado seis meses desde que dí origen al blog, veintinueve cuentos publicados para compartirlos con ustedes. Por mi mente pasan varias reflexiones y varios cuentos. Para esta ocasión elegí algo diferente.

Al igual que la mayoría de las personas, mis días están repletos de actividades. La mayor parte me lo consume el trabajo, otro tanto el estudio. Muchas veces siento que en mi cabeza no cabe espacio para mas. Llegó un momento en que todo parecía saturante y tedioso, hasta que mi cabeza hizo un "clik". Y esto es lo que quiero compartir con ustedes.

Cada día de la semana parece tener una agenda repleta de cosas para hacer, la mayoría son puras obligaciones. Tengo que trabajar para vivir. Tengo que estudiar para aprobar los exámenes. Tengo que cumplir con esto, con lo otro. La verdad, ya el hecho de vivir parecía un trabajo bastante costoso. Y la pero enfermedad es el estress y el peor síntoma es la sensación de rutina y aburrimiento. Lo único que le pone un poco de suspenso son los problemas. ¿Pero por qué todo tan así? ¿No hay alguna manera de revertir esto?. Era lo que se pasaba por mi cabeza, y tenía la nececidad urgente de encontrarle una solución.

A ver... ¿por qué no disfruto de cada momento que vivo?, para empezar puedo poner una SONRISA NATURAL y no fabricada en mi rostro. Segundo: bueno, en el trabajo siempre hay complicaciones, pero... ¿cómo las puedo manejar para que no me den un dolor de cabeza? ¡Esto es lo más dificil! Y bueno, si uno se puede llevar bien con el entorno que a uno lo rodea en el trabajo mejor. Obvio que nunca te vas a llevar bien con todos pero, al menos con alguno para que el tiempo en que estés trabajando te sea mas llevadero. Pero eso no es todo, creo que el tema funciona mejor si intentamos que todo lo que tengamos que hacer. lo hagamos DE LA MEJOR MANERA POSIBLE. Y si tenés un poco mas ganas, intentar disfrutar un poco de ello. ¿Y con el estudio? Ah!, para empezar, lo que hago es algo que yo elegí, pero cuando estudiaba la educación básica... bueno, pasarla bien con mis amigos era algo que motiva mucho. Pero aprender te lleva a tener mas respeto propio. ¿No querés que te tomen de tonto por no saber? ¡Aprendé!, es útil. Y con nuestra carrera, bueno, yo pienso en lo hermoso que es poder hacer durante toda mi vida LO QUE MAS ME GUSTA.

Ahora bien, saliendo de las "obligaciones". ¿Tan dificil es disfrutar de cada momento que vivimos? ¡La vida es un regalo!, entre millones de espermas ganaste vos. Tal vez desde que nos levantamos hasta que nos acostamos vivimos en blanco y negro. ¿Por que no le ponemos un poco de color a cada momento que vivimos? Tal vez nuestra vida sea mas hermosa.

Luego de analizar las cosas de esta manera, me siento menos estresado y disfruto mas cada cosa que hago. Podés encontrar tu propia fórmula, o tal vez, algo de mi cuento sobre mi propia vida te ayude.

Hasta la próxima!

viernes, 7 de febrero de 2014

OTRA CLAVE PARA SER FELIZ.


Las letras son un rompecabezas para mi, el cual armo y creo mi propio mundo imaginario. La música es el condimento que le da sabor a mi vida y gusto a mi imaginación. Las cosas que nos encantan hacer son como un espejo en dónde se ven reflejados nuestros talentos. Cada vez que hacemos lo que tanto nos gusta, nuestra alma flota en el firmamento y nuestro corazón entra en un mundo totalmente nuestro. Hacer lo que mas deseamos recarga las energías de todo nuestro ser. Es lo mejor que podemos hacer, lo mejor que podemos dar, es lo que cada día nos hace mejor como personas.

Te invito a que te animes a reflejar lo mejor que hay dentro de ti, es otra buena clave que te lleva a ser feliz.

CAPITAL HUMANO.

¿Qué hay que hacer para que la gente se sienta sastifecha? ¿Qué hay que hacer para que se sienta conforme?. El capital humano está cada vez mas desvalorizado, la gente está cada vez más explotada. Das todo lo que podés e igual no te alcanza. Te quieren moldear a su gusto y anularte todo el pensamiento propio. "NO pienses", sólo hacé lo que te decimos y pensá lo que queremos que pienses. Si no te insertás en este maldito sistema capitalista, te mata el hambre y la pobreza. Sos marginado y discriminado.

Se que en este espacio suelen aparecer cuentos y narraciones, pero esto es algo que realmente me hacer hervir la sangre. Es algo para decirlo diréctamente sin fábulas ni cuentos. Pues cada historia de cada persona en este planeta tierra en un cuento triste de esta realidad.
Hasta la próxima con más de mis "cuentos para pensar".

HUMANO ÚLTIMO MODELO.


El currículum vitáe es mi propaganda para que el consumidor capitalista adquiera el producto que soy todo el tiempo en que le sea útil. Mi cerebro es un dipositivo de almacenamiento, cuanto más programas de conocimiento y capacitación le almacene, más solicitado seré con un valor elevado en dinero. Otra opción es tener una creatividad extraordinaria que se exprese perfectamente en mi voz, manos o cuerpo. En el modelo femenino cuenta mucho el diseño exterior, cuanto mejor se ajuste a lo que en el momento se demanda, mas posibilidad de ser utilizada tenés. La televisión y el internet son una buena vidriera en la que se puede exhibir muy bien las "capacidades humanas". En fin, en cada época los modelos humanos se han ido renovando. Yo por mi parte no soy un modelo de lujo y mucho menos un "último modelo". Soy un humano y tengo dificultades con le sistema del último modelo humano, pues no soy una copia ni mucho menos un producto hecho en masa, soy original, soy quien quiero ser, yo soy yo.

Y vos, ¿Qué tipo de humano sos? ¿Un último modelo que intenta vender su producto o un ser viviente que intenta vivir?

EL SOL DESAPARECIÓ.


Había una vez , en una zona de altas montañas, una águila que enseñaba a su pichón a volar. Aquellos días de verano eran benignos y de cielo despejado. Un día, llegado el otoño, el cielo se cubrió de densas nubes negras. El pichón, acostumbrado a ver el cielo y el sol, pegó un grito de desesperación. No veía ese manto celeste con su sol resplandeciente. El águila, viendo esto, le pidió que le acompañara. Juntas remontaron vuelo en dirección a las nubes. Luego de una trabajosa travesía, ambas estaban por encima de las nubes. El pichón estaba loco de alegría, se había superpuesto a esas negras nubes que le ocultaban su sol y su manto azul.

Creo que a veces debiéramos desplegar nuestras alas y animarnos a volar más alto.

EL ANZUELO.


Había una vez un pececito muy imprudente. Digamos que siempre le gustaba jugar con el peligro. El, tenía una peligrosa adicción, le encantaba jugar con los anzuelos de los pescadores y con las redes de los barcos. Todo el mundo le decía que no lo hiciera pues era demasiado peligroso, estaba jugando con su propia vida. Pero el, al igual que otros peces amigos que tenía, no le daban importancia a esto.
Un día, haciendo lo que le era de costumbre, se quedó enganchado en un anzuelo. Con desesperación veía cómo era llevado hacia la superficie. Con mucha suerte, por así decirlo, logró zafarse del anzuelo. Volvió a las profundidades del océano con toda la boca lastimada. Esto le sirvió de lección, pero no por mucho tiempo. Pasado unas semanas estaba de nuevo en su apasionante y peligrosa adicción, jugar al escape con los anzuelos y redes. Pese a la advertencia de los demás y a que varios de sus amigos que hacían lo mismo que él y dejaron, siguió neciamente haciendo lo que se le antojaba. Creía que nunca le iba a pasar.
Ahora, ese pez, ya no está en el océano. Se comenta que alguien vio cómo era atrapado por unas de las redes y extraído hacia la superficie. Así y todo, siempre hay algún que otro pez que sigue haciendo lo mismo.
¿Por qué tenemos que jugar con cosas peligrosas para nuestra vida? Aunque a veces logramos zafar de nuestro fin, seguimos haciéndolo. Muchas veces nos comportamos como este pececito. ¿Hasta cuándo lograremos salvarnos?

¿EL HUEVO O LA GALLINA?


Un día, en un club del barrio, había una enorme discusión que estaba a punto de desbordarse y terminar en una pelea. El presidente del club acudió apresuradamente al lugar para intervenir en el conflicto. Cuando llegó preguntó cuál era la causa de tanta pelea. Al enterarse no pudo aguantar la carcajada que le salió desde adentro.
-¿Acaso se pelean por quién existió primero si el huevo o la gallina? Pero esto es algo increíble. Amigos, ¿qué importa quién existió primero? No digo que para algunos no sea algo importante, algún día lo sabremos. ¿Por qué no nos preocupamos por cosas mas concretas? No podemos dividirnos por esta cuestión.
A veces nos pasa lo mismo, nos dividimos, peleamos y discutimos por cosas que no tienen sentido. A veces un chisme pasa a ser lo del huevo y la gallina. Que vos dijiste esto, que yo no lo dije, porque me contaron esto. Algún problema inventado para dividirnos. Martin Fierro dice: “los hermanos sean unidos, es la ley primera, porque si entre ellos se pelean los devorarán los de afuera”. Creo que queda claro no? No nos peleemos por cosas sin sentido, peleemos por una causa que valga la pena.

LÓGICO RESCATE.


Una vez un puerco,

del barco al agua se cayó

y como no sabía nadar

de a poco se empezó a ahogar.

Con tantos chillidos

los marineros salieron a mirar

y en eso vieron

que con él habían diez chicos más.

¡Salven al puerco!

gritó el capitán

¡Salven al puerco!

Los diez chicos son un precio

que hay que pagar,

para que el puerco se pueda salvar.

Luego de tanto intentar nadar

al puerco hambre le empezó a dar

y se terminó comiendo

a los marineros ya a su capitán,

Al ver esto la gente dijo:

"nada pasó por acá".

Una metáfora capitalista, vuélvanlo a leer.

VIRUS LETAL.


Una vez los ángeles del mal tuvieron una reunión muy importante con su jefe en cómo poder destruir las tres armas más poderosas de los humanos: unión, solidaridad y esperanza. Luego de una larga discusión llegaron a la conclusión que la individualidad, la soledad y la desesperación serían más fuertes que el odio mismo para contraatacar esas grandes cualidades de los humanos.
Desde entonces en el mundo miles de personas se deprimen, entran en desesperación a causa de la desesperanza. Con el tiempo siempre surgieron personas que lucharon por mostrarles a la humanidad la unión, esperanza y solidaridad. Pero una vez mas, siempre cambiando el sistema de organización social; en este caso el capitalismo, el objetivo de la individualidad se cumple y cada vez más personas se sienten solas. Creen que por estar detrás de una computadora y chatear con otra persona sociabilizan y se equivocan. Creen que por mirar una película juntos sociabilizan y se equivocan, ponen la TV en la mesa a la hora de almorzar o cenar y se equivocan.
Pero en todo el mundo se levantan personas que utilizan hasta estos medios fríos de comunicación y le dicen a la gente que no está sola. Mucha gente muestra un gran sentimiento y acción de solidaridad. Muchas veces el sentimiento de unión ha llevado a grandes equivocaciones, como el odio racial, nacionalismo, fanatismo religioso y dictaduras en el poder. Todo se puede moldear para bien o para mal. Nosotros decidimos.
Una vez había un ave que soñaba que cuando fuese grande haría su nido en el bosque que se encontraba en la heladera de una montaña. Cuando creció, se encontró que tenía que decidir que hacer, hacia atrás, lo que ya conocía, a su derecha, una gran llanura, a su izquierda, el río y en frente suyo la montaña. Por suerte su sueño siempre fue lo demasiado fuerte para ayudarla a decidirse y armó su nido en la montaña.
Nosotros somos así, podemos ver, oír y sentir. Pues entonces veamos bien la diferencia entre la verdad y el engaño. Se que esto parece mas a un monólogo que un cuento típico de los míos, pero me indigna ver cómo muchas personas dejan lugar para que la soledad, la desesperación, la individualidad las invadan. Se sumergen en este sistema letal que lo único que da es miseria, hambre, guerras, depresión y desastre.
¡¿Cuándo volveremos a ser solidarios, unidos y llenos de esperanzas!?

SOLIDARIDAD.


El otro día me encontraba paseando por la costanera en mi ciudad con mi novia mientras iba disfrutando del mar y de unos deliciosos pochoclos o palomitas como también le dicen. De pronto, una niñita de unos cuatros años pasó al lado mío en una bicicleta, se chocó contra un poste de luz u se cayó. Luego de unos instantes se largó a llorar, yo quedé medio inmóvil, era como si me hubiesen despertado un sueño y estás aturdido. Mi novia enseguida se agachó para ayudarla, luego de eso recién dispuse mi ayuda hasta que llegó el padre de la niña. ¿Cómo pudiste ser tan insensible? , fue la pregunta de mi novia. En ese momento me di cuenta que había actuado horriblemente al vacilar en ayudar a esa niñita. Venía tan concentrado en mi mundo y el paseo que no desperté ante la necesidad de otra persona. Hasta el día de hoy que sigo avergonzado por el hecho. Pero todo en esta vida sirve y escribo este desagradable incidente por una cuestión: la insensibilidad humana frente a la necesidad de otros. Es algo que observo mucho, pues lleva desde una simple indiferencia hacia nuestro prójimo hasta una espantosa guerra, hambre y pobreza.
Cómo algo tan pequeño produce tanto desastre, esa falta de sensibilidad, solidaridad para llamarlo por su nombre, es lo que nos afecta tanto como sociedad. Y en ese momento me transformé en una de esas tantas personas con una actitud que cualquiera despreciaría.
Espero que para al próxima, yo y ustedes seamos más sensibles y solidarios con los que nos rodean. Un abrazo a todos!

LA FÁBRICA DE JUAN.


Todos querían conocer el secreto de la fábrica de Juan. Su producción era grande y no contaba con muchos empleados. Todos se preguntaban cómo lograba producir tanto. Además, la calidad del producto era excelente. Juan, tenía una fábrica de galletitas. A pesar de ser producidas en masa, eran riquísimas. Algunos decían que tenía un ingrediente secreto que figuraba disimuladamente en el envase en donde detalla los ingredientes, otros lo atribuían a las máquinas. Lo más curioso era que nunca se veía a un empleado salir triste o quejándose de la fábrica. A pesar de todo lo que esta producía, ninguno parecía demasiado cansado o malhumorado.
Un buen día, Juan abrió la fábrica para una visita a unos periodistas. Era el aniversario de su fundación y quería compartirlo con todos. Una de las propuestas que recibió es: una recorrida por la fábrica en un día normal de trabajo. A Juan no le pareció una mala idea, pero sería sorpresa. Ningún empleado lo sabría. Ese día llegó y los periodistas empezaron el recorrido por el interior del lugar. Todos esperaban ver el informe, tal vez el secreto saldría a la luz de una vez por todas.
En el día del aniversario, un canal de la televisión local pasó el informe de los periodistas, nadie se despegaba del televisor. La nota empezó con una filmación dentro de la fábrica, se veían a las máquinas funcionar, los hornos prendidos y a los empleados trabajar. Cuando le preguntaban a algún empleado cómo se sentía trabajar allí, ellos decían: excelente. Al final del informe, parecía que era una fábrica más que tenía empleados muy efectivos y buenas maquinarias. Pero eso no era todo, Juan tenía algo preparado.
Dentro de la fábrica se celebraba la fiesta aniversario con todos los empleados y algunos invitados incluyendo a algunos periodistas. En el momento del brindis, Juan pidió decir unas palabras y dijo lo siguiente: “Este es un momento muy especial para esta familia, digo esta familia porque siento que todos aquí lo somos. Como en una familia en que cada uno cumple un rol, aquí cada uno tiene una responsabilidad a la cual la llamamos cargo. Sé que todos creen en que tengo un secreto para hacer las galletitas más ricas del lugar y en grandes cantidades, tienen razón en pensarlo. El secreto de esta fábrica es el compañerismo, el buen trato, el respeto y el gusto de trabajar. Trabajar para sentirnos útil, no como una máquina que tiene que producir determinada cantidad de producto en determinado tiempo. Todo lo contrario, si algo se disfruta se hace mucho mejor. Y en este lugar, todos disfrutan lo que hacen. Y el buen trato, desde arriba los jefes hacia abajo a los empleados es de la mejor manera posible. Ese es mi secreto, una persona feliz, tranquila y con gran autoestima puede hacer mucho más que alguien estresado, angustiado y de mal humor.
Desde ese día, todos supieron cual era el secreto de la fábrica de Juan.

LA SOMBRA NOCTURNA.


Se cuenta que hace mucho tiempo atrás, había un hombrecito pequeño, no medía más de un metro de altura. Este personaje era el centro de atención de todos, y de burla también. Un día no tuvo mejor idea que vengarse de sus burladores asustándolos. Por la noche, cuando todos dormían, él se metía en sus casas, abría las ventanas para que entrase el viento y corría las frazadas de la cama. Entonces la gente se despertaba sintiendo frío, veían que estaban destapados y con la ventana abierta. Esta actividad se le torno viciosa y empezó a hacerlo con cualquiera.
Una noche, este hombrecito logró entrar a una casa media abandonada. Se decía que ahí vivía una anciana de avanzada edad. Abrió las ventanas como era de costumbre y se dirigió a destapar a la pobre anciana que dormía plácidamente en su cama. Pero al tomar la manta con su mano para correrla, ésta se volvió hacia él tapándolo completamente. Luchó y luchó para salir pero no podía hasta que en un momento la frazada cayó al suelo. El creyó que se había liberado y cuando estaba a punto de salir corriendo escuchó la risa de la anciana.
-¿A dónde vas hombrecito? –preguntaba ella burlonamente.
-¡Disculpe señora, no lo volveré a hacer más! – gritaba el hombrecito mientras corría hacia la ventana para darse a la fuga.
Pero al llegar a ésta, vio que no podía saltarla. Para su sorpresa, vio que traspasaba la pared. En ese instante se quiso ver, pero no pudo. Miró hacia un espejo, y solo vio su sombra. Busco a la anciana para pedirle ayuda, pero ésta ya no estaba.
Desde esa noche anda vagando por todas las casas cuando salen las estrellas buscando a alguien que lo ayude o un cuerpo del que apropiarse. Por eso, si en la noche te despiertas con frío, estás destapado y una corriente de aire viene desde tu ventana, es que la sombra nocturna estuvo ahí en tu cuarto.

EL PROBLEMA DE NO ENTENDERNOS.


Un día el hijo le pregunta al padre:
-Papá…¿cuán importante es la comunicación y entendernos bien?
-Ven hijo, sentémonos bajo ese árbol que te lo explico…

“Un hada se lo contó a un amigo humano que tenía hace mucho tiempo atrás. Esto sucedió antes de que los humanos existiesen en esta parte de la tierra. Un buen día, la madre naturaleza se enfermó, nadie sabía de qué. Entre los corredores de las montañas y los pasillos de los bosques se corría el rumor de que ella se había cansado de mantener el equilibrio de todo. Lo que significaba que el sol ya no evaporaría más el agua para que se formen las nubes y llueva. El viento ya no soplaría más para volar el polen de las flores. Los insectos ya no polinizarían más y las hormigas no podarían más las plantas. Todo en la naturaleza está íntimamente ligado, una cosa influye en la otra. La madre naturaleza vio que esto traería la muerte de este planeta y decidió volver a poner orden y a normalizar el equilibrio.
Lo que nadie imaginó, ni siquiera la madre naturaleza, es que aparecería una raza de seres vivos egoísta y ambiciosa. Una raza que se matan en guerras, hambrunas provocadas, violencia e injusticia. Nosotros los humanos no hemos aprendido a entendernos, nos comunicamos, pero cada uno sigue en lo suyo. La madre naturaleza intenta enseñarle lo que una vez ya le pasó a ella. Si no aprendemos la lección, no duraremos mucho.”

-Ya entiendo, no comunicarme ni entenderme bien con mi hermano puede ser tan perjudicial como si una abeja no poliniza una flor…
-Es así hijito, si todos cuidamos los pequeños detalles nos daremos cuenta de que ya no existirán los grandes detalles.
-¿Y qué pasó con esa hada papá?
-Bueno…dicen que anda por ahí intentando ayudarnos…

LA CARRERA DE LAS TORTUGAS.

Una vez en el bosque, había una rencilla entre dos tortugas de diferente tamaño.. Se disputaban entre sí quién era la mejor y se prestaban a cualquier tipo de prueba para demostrarlo. Dado que siempre empataban, una de ellas propuso una carrera. La que ganase, ésta sería la mejor. Como juez pusieron a una liebre y acordaron que estaba totalmente prohibido hacer trampa. Luego fijaron hora y fecha para el evento. Esto no pasó desapercibido en el bosque, la liebre, muerta de risa, repartió el chisme por todo el bosque. Cuando llegó el momento de la carrera, todo el bosque estaba presente.

-¿Ves esto? –dijo una de las tortugas- la que gane será ensalzada ante todo el público y la perdedora será envuelta en vergüenza.
-Lo tengo bien claro, al fin llego mi gran día- respondió la otra.

La distancia era de tan solo 10 metros. La liebre dio la orden y la carrera comenzó. Al principio todos los animales del bosque estaban eufóricos por la competencia, pero estas tortugas eran tan lentas que poco a poco todos se fueron aburriendo. Ahora los gritos eran de burla hacia las tortugas. Todos los animales la trataban de perdedoras por su lentitud. Las tortugas avergonzadas y humilladas emprendieron carrera para huir, pero cayeron exhaustas a los pocos metros.

-Tortugas arrogantes –dijo un zorro que miraba el espectáculo- ¿para que corren si no están hechas para eso? Es lo mismo que si yo quisiese volar. Empiezo a creer que aparte de ser lentas al moverse también lo son a la hora de razonar. ¿Por qué mejor no compiten a ver quién dura más dentro de su caparazón?

Al oír esto, todos largaron una carcajada y más burlas.

-¡No lo somos! –grito una tortuga que estaba presente en la multitud- no todas somos como así como estas dos. No entienden que todas somos iguales sin importar el tamaño.

Y así, en vez de lograr la gloria, ambas consiguieron la deshonra y la vergüenza para sí mismas.

Si estás hecho para volar, no intentes nadar; y si hecho para caminar, no corras. Muestra tu mejor aptitud siendo lo que eres.

GATO POR LIEBRE.

Hola queridos amigos, les quería contar un hecho curioso que pasó en estos últimos días. Si alguien quiere saber mi nombre me llamo: Liebre, si, así me llaman en esta región. Lo que les voy a relatar lo hago para que a ustedes no le suceda lo mismo. Para adelantar el asunto, tengo que decirles que es algo trágico. Desde ahora en adelante, queda bajo su completa responsabilidad el seguir leyendo las próximas líneas.
Hace siete días atrás, estaba paseando por el campo cuando me encontré con un enorme gato. Por unos momentos me detuve sin saber qué hacer. No me acordaba si estos felinos comían liebres o no. Igualmente nunca me alcanzaría si así lo fuera. Pasa sorpresa mía, esa enorme bola peluda me habló:
-Hola, querida liebre. No te asustes, no soy malo. ¿Me permites ser tu amigo?
Yo quedé muda de asombro por unos momentos. Luego pensé su propuesta, ¿por qué no?. Tal vez podría sacar algún beneficio.
-¡Claro! Pero no te olvides que soy una liebre, corro rápido y me escondo en madrigueras.
-Eso no es problema –contestó de manera muy segura el gato- yo puedo imitarte un poco así no sentimos que somos tan diferentes.
Los tres días que le siguieron a tal evento fueron muy interesantes. Intenté aprender algunas cosas de gato pero no pude, no tengo garras para trepar en los árboles ni me interesa comer pajaritos o ratones. Pero ese gato se daba una manía impresionante para ser casi igual que yo. Intentaba correr como liebre, se escondía en mis madrigueras y hasta comía zanahorias y otras hierbas. Ese animal estaba obsesionado con ser Liebre. Al cuarto día me confesó: “Yo siempre las envidié a ustedes, a diferencia de los conejos, nadie las puede domesticar. Corren libre por los campos. En cambio, a nosotros los gatos nos ponen de mascota. ¡Si pudiéramos ser como nuestros parientes felinos!”.
Pobre gato, le intenté decir de mil maneras diferentes para que entienda lo peligroso que es ser liebre. Te raptan las aves y los hombres salen a cazarte. Pero ese hermano del reino animal no quería entrar en razón. A la noche del cuarto día, salió corriendo de mi madriguera a los saltos diciendo :¡Soy una liebre, soy una liebre!. En ese momento creí que estaba realmente loco.
Al día siguiente no salí prácticamente de mi cueva. Era uno de esos días a los cuales les humanos le llaman “feriado”. Esos tipos de días y los que le llaman “fin de semana” son muy peligrosos. Hay más movimiento de lo habitual y algunos aprovechan para salir de caza. Pensaba en el gato, rogaba que no se le ocurra hacerse la liebre. Por suerte, ese día pasó pero a la noche fue peor. Veía luces y escuchaba algún que otro ruido de sus armas.
Al día siguiente, salí al campo a buscar al gato. Esperaba encontrarlo, de hecho, lo encontré pero no como me lo esperaba; sino como me lo temía. Esto lo escuché estando escondida en un recoveco de una vieja estancia de ganaderos y agricultores. Las palabras textuales son las siguientes: “No sabes lo que pasó hoy en el pueblo querida, vendí a un gato por liebre. ¡El hombre ni se dio cuente! Resulta que anoche mientras cazaba me pareció ver a una liebre corriendo por el campo y le disparé. Vaya sorpresa me di cuando vi que era un gato. Hubiera jurado que por su manera de moverse era una liebre. Igualmente lo preparé y lo llevé al pueblo a ver si lo podía vender. ¡Y lo vendí! Alguien va a cenar un gato en vez de liebre. Lo preparé tan bien para que no se dieran cuenta que resultó tal como me lo esperaba. Ese gato nunca debió haberse hecho pasar por liebre”.
No precisé escuchar más, me alejé de aquel lugar lo más rápido que pude. ¿Para qué les cuento esto? Para que no sean como ese pobre gato que conocí. Si hubiera sido un “gato” en vez de “liebre”, no hubiera estado esa noche en el campo. Estaría en algún techo de una casa o en la copa de algún árbol. Pero por querer ser alguien que no era, lo confundieron por tal y recibió lo que cualquier liebre hubiese recibido. ¡Espero que aprendan!

¿QUIÉN LLEGA PRIMERO?

“Aquel lugar es soñado y cuando cuentan cómo es, suena como música a los oídos. Nadie cree que existe pero a su vez, todos quieren ir. Es llamado “el cielo de los animales”. Lamentablemente queda demasiado lejos para la gran mayoría. Hay  que atravesar toda una extensa meseta, luego cruzar las montañas, después de ellas le sigue un valle medio desértico y rocoso. Si seguís avanzando, empiezas a ver cómo la vegetación se  hace mas tupida hasta que llegas al gran lago paradisíaco. Un lugar lleno de flores, árboles, animales. El césped es suave y el agua es cristalina y tranquila. Nunca hace demasiado frío ni  demasiado calor. Hay alimento para todos y no existe el gran depredador.”
-¿Tú crees que sea cierto? –le preguntó el colibrí  al pato- ¿un lugar lleno de flores en donde pueda vivir como en mis sueños?
Se lo veía escéptico, no le creía  mucho a aquella golondrina. Si todo eso era cierto, ¿qué hacía ella aquí? No es el “paraíso”. Es una llanura aburrida, casi sin árboles y con algún que otro charco de agua por ahí. Con mucha suerte encuentras una laguna. Y flores…bueno, cuesta mucho conseguir buenas flores. Pero el pato no le prestó atención al colibrí.
-Yo creo que es cierto, y si nadie saliese a contar de ese lugar no tendríamos la oportunidad de saber de él y de ir a conocerlo- argumentó el pato.
Todos en la pequeña laguna estaban conmocionados. Algunos no le creían, acusaban a la golondrina de mentirosa, otros decían que no necesitaban de ese lugar ya que con su laguna estaban conformes. Pero el Pato soñaba con salir de ese charco lleno de barro y frío. Tímidamente le preguntó a la golondrina qué dirección tenía que tomar para llegar hacia aquél lugar. Ella le señaló hacia el noreste. Pero todavía no se animaba a emprender el viaje, por lo cual le agradeció por el dato y se volvió a su nido. Al día siguiente todos vieron a la golondrina irse. Muchos se sintieron alegres de que esa alborotadora se haya ido, otros se quedaron con las ganas de seguir escuchando más historias de aquél lugar, a otros ni siquiera les importó.
El frío empezó a azotar aquella región. El colibrí ya pensaba en marcharse hacia un lugar más cálido cuando vio pasar al pato. Como se habían hecho amigos, decidió saludarlo para despedirse. Pero lo que menos se imagino es aquel le iba a pedir que lo acompañase al lugar que la golondrina les había contado.
-Tú eres muy lento para mí  -respondió el colibrí queriendo esquivar la propuesta – llegarías un mes más tarde. No podemos volar a la par.
-No somos lentos –dijo el pato serenamente- y no voy yo solo, somos cinco en total y volamos muy rápido. Por supuesto que tú eres más veloz, pero mientras esperas a que te alcancemos, puedes descansar o volar tranquilamente al lado nuestro.
-No, gracias, mejor me marcho solo aunque dudo mucho de que exista ese lugar. Para ustedes, pronto se darán cuenta de que es inútil el viaje. Es muy largo y tardarán mucho tiempo en llegar, si es que llegan.
-Eso lo veremos –respondió el pato ofendido por el último comentario del colibrí.
Aquella tarde, un grupo de cinco patos remontaban vuelo sobre la laguna hacia el noreste mientras que un diminuto pajarito los pasaba a toda velocidad hacia la misma dirección. Durante varios días estuvieron volando, descansaban cada tanto en algún espejo de agua. Nadie había vuelto a ver al colibrí. “Seguro que ya llegó” pensaban todos, pero no se desanimaban. Cuando uno se cansaba, se movía hacia el final de la formación para descansar y así sucesivamente. Luego de tres días llegaron a las montañas. Fue muy difícil para los patos pasarlas. Hacía mucho frío y algunas eran muy altas y tuvieron que rodearlas. Casi muertos de frío llegaron al otro lado. Tal como lo había contado la golondrina, un valle medio desértico se extendía frente a ellos. Pero no se desanimaron, siguieron volando. Luego de cinco días de vuelo, vieron un pequeño espejo de agua, desesperados se lanzaron en picada hacia él. Luego de haberse refrescado, el pato vio algo raro tirado debajo de unos arbustos, ¡era el colibrí!
-¿Qué te pasó amigo mío? –le preguntó muy preocupado.
-Venía volando a la velocidad de un rayo atravesando la meseta y luego las montañas cuando me di cuenta de que necesitaba del preciado néctar de las flores. En realidad lo necesité mucho antes, pero en mi afán de llegar primero hice todo a un lado y continué volando. Ahora aquí estoy, agonizando con las últimas fuerzas que me quedan.
El pato, entristecido por la situación de su amigo corrió a buscar flores para que se recuperase. Al ver esto los demás le acompañaron y a los pocos minutos juntaron lo suficiente para que el colibrí se recupere. Con paciencia, le fue dando de a una. Milagrosamente le había salvado la vida, pero todavía seguía débil. Al ver que no podía volar mucho lo cargó sobre su espalda y continuó el viaje con los otros cuatro compañeros.
El arrogante  colibrí apenas lo podía creer. Aquel animal a cual había subestimado por su supuesta lentitud, lo estaba llevando a él hacia el supuesto paraíso. Todo lo que la golondrina había dicho era verdad. Luego de seis días de vuelo, vieron los árboles, el césped y el gran lago de aguas tranquilas y cristalinas. Luego de dejar a su amigo en un arbusto lleno de flores para que se siga recuperando, se lanzó loco de alegría al agua.
Una semana más tarde, el colibrí volvió a volar enérgicamente entre las flores y a estar con su amigo que le había salvado la vida. Mientras estaban juntos recordando aquellos momentos, vieron pasar volando a la golondrina. La llamaron y los tres se pusieron a charlar sobre lo maravilloso que era aquel lugar hasta que el sol se puso y las luciérnagas ocuparon su lugar danzando alrededor de la luna y las estrellas.

NOCHES DE VAGABUNDO.


Eran cerca de las doce del mediodía, el sol brillaba en lo alto haciendo placentero ese fin de semana de primavera. Nos encontrábamos en las playas del sur de Miramar, cerca de Mar Azul. Hacía dos horas que veníamos pescando en la orilla mientras mateábamos y hablábamos cosas de la vida con mi viejo. Ese domingo nos habíamos escapado los dos solos para salir a pescar un rato. Fuimos a ese lugar para aprovechar un rato de tranquilidad  y descansar un poco de la agitación de la semana. Por suerte la pesca era buena y nos habíamos traído una pequeña parrilla para tirar algún pescado en ella. Mientras descansábamos un poco de la pesca asamos unos peces. 
Estábamos terminando nuestro almuerzo cuando vimos a un vagabundo pasar cerca de nosotros. Se veía un poco desorientado, como vagando sin rumbo ni futuro alguno. Le pregunte a mi padre si le parecía bien que lo invitase con un poco de pescado y aceptó. Mientras continuábamos con el almuerzo observaba a este hombre comer su comida. Percataba algo en él, como si no fuese un vagabundo porque si. La curiosidad hizo que se escapara una pregunta de mi boca, y para romper el hielo pregunté:
-¿Está rico el almuerzo?
-Claro que si –respondió rápidamente aún con su comida en la boca.
-El es Jorge, mi padre. Yo me llamo Martín.
-Soy Santiago, un gusto.
-¿Y qué es lo que hace durante el día?
Formulé esa pregunta con una sensación de estar metiendo la pata, para mi sorpresa el hombre respondió:
-Ando por las calles mendigando. Solía estar siempre en Mar del Plata pero me vine acá a Miramar. En esta ciudad tengo un alberge en donde pasar la noche. De vez en cuando consigo alguna changa que me deja algunos pesos.
-Disculpe la pregunta si le molesta pero, ¿siempre su vida fue así?
Mi padre hizo una pausa por un momento  mientras comía, creo que no le gustó mi pregunta.
-No siempre –contestó amablemente aquel hombre- aunque ustedes no lo crean no tengo memoria.
-¿Tiene problemas para recordar cosas?- preguntó mi viejo animándose a hablar
-No de ese tipo de memoria –aclaró el vagabundo mirándole a los ojos- sino que no recuerdo nada desde hace seis meses hacia atrás. ¿Entiende? De toda mi vida sólo recuerdo seis meses. Anterior a eso ningún recuerdo.
-Pero no sabe que le pasó, por qué perdió la memoria.-dije intentando indagar en la vida de aquel desafortunado.
-Lo máximo que recuerdo es que amanecí tirado en un baldío por el autódromo de Mar del Plata con un fuerte dolor de cabeza, mareos y varios dolores en el cuerpo. Me di cuenta que tenía un gran tajo en la cabeza y raspones por el cuerpo. Pero tenía gazas y vendajes, como si me hubiesen curado en algún momento. Después de eso, a veces pareciera pasar por mi cabeza unas imágenes difusas. En una de ellas aparecen dos caras, la de un hombre y la de una mujer. Luego veo un chalet grande.
-¿Cree que pueden ser recuerdos? –preguntó mi padre
-Sí, lo son. Hace poco vi ese chalet en el barrio de los troncos, en Mar del Plata. Me quedé parado, duro ante él. Estaba por ir a tocar el timbre cuando un hombre, que salió de la nada, se me acercó y me amenazó a que no vuelva a ese lugar o me mataría.
-¿Así te lo dijo? Pregunté sorprendido
-Eso me dijo y como nadie le cree a un vagabundo no hice ninguna denuncia no tampoco me acerqué mas a ese lugar.
-¿No probó ningún medio para poder recuperar su memoria? En mi interior me parecía desesperante no recordar nada de nada.
-Me dijeron de algunos medicamentos que pueden ayudar un poco.
-¿En el hospital no se lo dan?
-En esos lugares atienden cosas más importantes.
-¿Por qué no va a hacerse ver por un médico? Tal vez pueda ayudarle con las drogas.
Hubo un momento de silencio. Yo miraba un poco nervioso a mi padre y a aquel hombre. Tal vez todo era un cuento pero podría ser cierto.¿Cuánto saldrían esos remedios?
-Mire –dijo mi padre interrumpiendo aquel silencio sepulcral- yo tengo un conocido que es médico, tal vez pueda charlar con usted.
-Me parece bien –respondió aquel hombre- la semana que viene estaré en Mar del Plata.
-Te dejo mi teléfono, me llamas y te digo en donde encontrarnos
Aquel almuerzo finalizó, el vagabundo siguió su camino y nosotros volvimos a nuestras casas. Luego de una semana hubo noticias de aquel hombre. Se hallaba en un albergue esperando a que funcione nuestra ayuda. Por suerte ese médico que mi viejo conocía lo atendió muy bien. Gracias a sus contactos logró conseguirle a aquel hombre algunas drogas. Cada tres días yo visitaba su lugar de estadía para llevarle algunas frutas y verduras cocidas. Debía llevar una dieta lo más precisa posible para ayudarle a resolver su problema.   A veces iba solo, otras con mi viejo o mi pareja. Nos quedábamos un rato charlando y viendo que aquel hombre estuviese bien. Le llevábamos ropa, calzado y productos para higienizarse. Cada tanto él  hacía algunas de sus changas para tener algo de dinero. Luego de verlo casi durante un mes desapareció, las últimas veces que lo había visto se lo veía raro pero no nos contaba nada. Nadie sabía de su paradero. Creímos que tal vez ese hombre se aprovechó de nosotros por un tiempo, más allá de que era cierto lo de su pérdida de memoria.  Al menos intentamos ayudarlo.
Ya habían pasado dos meses y medio casi desde que el hombre se esfumó. Era año nuevo y decidimos con toda la familia salir a pasear por Santa Clara. Como no podía faltar, llevamos las cañas para pasar un poco el tiempo.  Estábamos todos juntos tomando unos mates mientras pescábamos y charlábamos cuando vimos venir a un hombre hacia nosotros. Estaba bien vestido, parecía una persona de clase media. De manera titubeante como dudando un poco nos habló:
-¿Por casualidad ustedes no son Jorge y Martín?
-Si…-contestamos intentando recordar quién era. Le veía cara conocida pero no lo podía ubicar en mi mente.
- Les pido mil disculpas por haber desaparecido de esa forma mientras me ayudaban.
¡Ahora sí! Era Santiago solo que no llevaba ropas viejas, ni esa barba crecida ni el pelo desordenado. Con esos lentes de sol y vestido con bermuda y remera no le conocimos
-Se borró sin avisarnos –dijo como retándolo mi padre.
-Es verdad, pero cuando les cuente todo no lo van a creer.
Enseguida lo invitamos a nuestro círculo para que empezase a contarnos todo.
-Somos todos oídos-la ansiedad me podía-
- Gracias a ustedes, poco a poco iba recuperando la memoria. Me quedaba noches enteras desvelado analizando mis nuevos recuerdos. A veces tenía miedo de que fuese todo un invento de mi imaginación. Cada vez iba recordando más y más.  Creí haber recuperado toda la memoria y decidí salir a comprobar mis recuerdos. No quería que cargasen con mis problemas, demasiado habían hecho ya por mí. Por  ese motivo me fui sin decir nada. Aprovechando unos pesos que tenía me arreglé un poco y fui a la casa de un amigo, según lo que recordaba. Y era cierto, esa persona era mi amigo y me recordaba. Me invitó a pasar y me empezó a contar todo lo que él sabía.
En mis sospechas, me parecía saber que yo era abogado. Esto fue confirmado por mi amigo. También tenía un socio con el cual trabajábamos en un estudio jurídico. Yo descubrí que mi este andaba en algo raro y me puse a investigarlo. Mi amigo me contó que mi socio me hizo pasar por muerto. Si, el muy desgraciado me hizo pasar por muerto, fue algo espantoso. Aprovechando que había perdido completamente la memoria me tiró por ahí. Mientras hablaba esto con Raúl, este amigo mío, el lloraba. No podía creer que estuviese vivo. Toda mi familia me creía muerto. Ahí me di cuenta que el perder la memoria me había salvado la vida. Si hubiese recordado algo, me mataba. De hecho, ese palazo que me dio en la cabeza fue con esta intención. Tuvo que inventar toda una historia y una serie de pruebas falsas para encubrir su crimen. En el hospital fabricó me fabricó una muerte falsa a base de sobornos y amenazas. No se hizo velatorio, me mandaron a quemar para luego tirar mis cenizas al mar. En ese momento recobré la conciencia sin saber quién era. Antes de que salga todo al descubierto, me raptó y me dejó abandonado. Con mi cara desfigurada y media cabeza partida creyó que no sobreviviría. Pero no me morí y gracias a los cirujanos plásticos pude recuperar bastante mi cara.
Ese chalet que recordaba es mi casa y esos rostros eran el de mi mujer y el de mi socio. No se dan una idea del lío que se armó. Mi mujer creyó que era un fantasma, entró en un estado de shock terrible. Por suerte pude armarme bien de recursos  y cuando me presenté a mi estudio jurídico, fuí con la policía detrás de mí. ¡Si le hubieran visto la cara a mi socio! Parecía que hubiera visto un fantasma. Ahora todo está en un proceso penal, mi socio está en prisión preventiva mientras se espera el fallo del juez. Por suerte pude recuperar toda mi fortuna, mi casa y lo principal de todo a mi familia. Hace un  de semanas que todo es normal por así decirlo. El daño que hizo esta persona fue enorme. Hace unos días descubrí que andaba en un negocio de drogas y que se había endeudado con uno de los capos de la mafia. Entonces quiso matarme para quedarse con mi fortuna y así salvar su pellejo. No pudo tocar mi casa, pero si mis cuentas bancarias. Gracias a unos ahorros y el trabajo de mi mujer mi familia se mantuvo. Ahora todo lo que él me robó volvió a mis manos otra vez y él se pudrirá en la cárcel.
Seis meses vagando por las calles sin saber quién era. Ustedes no saben las noches que he llorado ante la impotencia de no recordar nada. Ese desgraciado me tiró en un baldío como si fuese un perro y fue el mismo quien me amenazó en la propia puerta de mi casa. Pero gracias a ustedes he vuelto a ser quien era, pero ahora una persona mucho mejor.
Los cuatros nos quedamos en silencio, no podíamos creer la historia de aquel hombre. Parecía salido de un libro de ciencia ficción, pero era cierto. Nos quedamos charlando un buen rato.  A partir de ese día volvimos a vernos varias veces. Ahora él nos ayudo en un par de cuestiones. Pero más allá  de todo eso, tres familias se hicieron amigas íntimas.

Carlos Alberto Tirado