(Basado en un sueño real)
Anoche tuve un sueño asombroso,
soñé con mi madre y me dejó una valiosa lección. Yo la veía trabajar en un
taller textil, estaba en una habitación cociendo una manta en una máquina de coser
bastante complicada. Veía el trabajo arduo que hacía y cómo su supervisora, una
vieja insoportable la presionaba para que le salga mejor la costura. Yo
indignado le decía: pero ma, hay máquinas
más modernas con las que puedes hacer mucho mejor y más rápido el trabajo.
Pero ella no se preocupaba por lo que le decía. Luego de un rato me dijo: ven, sígueme detrás de mí. Y se echó a
correr.
Troté detrás de ella una buena
distancia hasta llegar a un parque con un verde pasto y hermosos árboles, el
lugar era hermoso. La miro a ella y me dice: esto quería mostrarte. Era una familia feliz, el padre, una niña de
unos once años y un niño de unos nueve años. Todos pasando una tarde feliz.
Mientras observaba esa imagen me metí en un lago lodoso que a veces me llegaba
a la cintura y otras veces al pecho. Quería salir pero no podía hasta que
voltee a ver a mi madre la cual estaba en un pequeño banco de tierra sentada y
me estiro la mano para sacarme. Mientras me ayudaba a salir me dijo: aprende de esto pues varias veces estarás
aquí.
Me desperté desconcertado, no
entendía nada, creí que era un sueño más. Pero al pasar el día me di cuenta de
que había un secreto en él. Todas las cosas de la vida cuestan un esfuerzo, algunos
más otros menos; pero lo que más esfuerzo cuesta es llevar adelante una
familia. A veces con el agua a la cintura, otras hasta el pecho pero siempre
con alguna salida. ¿Nos acordaremos del ejemplo de nuestros padres y de lo que
nos enseñaban? “Aprende de esto”,
dijo mi madre.
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