Una
vez los ángeles del mal tuvieron una reunión muy importante con su jefe
en cómo poder destruir las tres armas más poderosas de los humanos:
unión, solidaridad y esperanza. Luego de una larga discusión llegaron a
la conclusión que la individualidad, la soledad y la desesperación
serían más fuertes que el odio mismo para contraatacar esas grandes
cualidades de los humanos.
Desde
entonces en el mundo miles de personas se deprimen, entran en
desesperación a causa de la desesperanza. Con el tiempo siempre
surgieron personas que lucharon por mostrarles a la humanidad la unión,
esperanza y solidaridad. Pero una vez mas, siempre cambiando el sistema
de organización social; en este caso el capitalismo, el objetivo de la
individualidad se cumple y cada vez más personas se sienten solas. Creen
que por estar detrás de una computadora y chatear con otra persona
sociabilizan y se equivocan. Creen que por mirar una película juntos
sociabilizan y se equivocan, ponen la TV en la mesa a la hora de
almorzar o cenar y se equivocan.
Pero
en todo el mundo se levantan personas que utilizan hasta estos medios
fríos de comunicación y le dicen a la gente que no está sola. Mucha
gente muestra un gran sentimiento y acción de solidaridad. Muchas veces
el sentimiento de unión ha llevado a grandes equivocaciones, como el
odio racial, nacionalismo, fanatismo religioso y dictaduras en el poder.
Todo se puede moldear para bien o para mal. Nosotros decidimos.
Una
vez había un ave que soñaba que cuando fuese grande haría su nido en el
bosque que se encontraba en la heladera de una montaña. Cuando creció,
se encontró que tenía que decidir que hacer, hacia atrás, lo que ya
conocía, a su derecha, una gran llanura, a su izquierda, el río y en
frente suyo la montaña. Por suerte su sueño siempre fue lo demasiado
fuerte para ayudarla a decidirse y armó su nido en la montaña.
Nosotros
somos así, podemos ver, oír y sentir. Pues entonces veamos bien la
diferencia entre la verdad y el engaño. Se que esto parece mas a un
monólogo que un cuento típico de los míos, pero me indigna ver cómo
muchas personas dejan lugar para que la soledad, la desesperación, la
individualidad las invadan. Se sumergen en este sistema letal que lo
único que da es miseria, hambre, guerras, depresión y desastre.
¡¿Cuándo volveremos a ser solidarios, unidos y llenos de esperanzas!?
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