Un
buen día tuve la oportunidad de conocer a una persona particular. No
quiero decir que casi todos somos iguales, al contrario, todos somos
particulares y únicos. Pero a veces conocemos personas que dejan cosas
en nosotros. Esta fue una de ellas…
Tenía
una vida precaria basada en la semi pobreza. No era más que un simple
trabajador intentando ganarse la vida. “Ganarse la vida”, esa frase
siempre me pegó fuerte; suena como si uno no tuviese derecho a vivir. Al
contrario de eso, cada persona tiene que ganarse el derecho a vivir y
eso depende en qué cultura vivas y muchos factores mas. No lo pensamos,
pero es así; lamentablemente nadie posee (o nadie respeta) el derecho
propio a la vida que tan solo posees por ser un ser vivo.
Volviendo
un poco, como les decía, esta persona trabajaba para subsistir. Un
trabajo precario por acá y trabajitos sueltos por halla era todo lo que
tenía por ese momento. Eran épocas invernales en donde hacía mucho frío.
Su trabajo que le exigía vestir de zapatos y pantalón de vestir, pero
su sueldo era escaso y estaba en negro. Un día de mucho frío fue con
otra ropa más abrigada para no enfermarse. Por supuesto que le llamaron
la atención por no traer la vestimenta requerida. Su excusa fue tan
simple como valedera: “con la ropa que tengo sufro de frío y no dispongo
de dinero para comprar algo más abrigado y no me quiero enfermar. No es
que quiera rebelarme o traer problemas, simplemente no me alcanza el
dinero para lo que la empresa requiere.” No hay que ser genio para darse
cuenta que no está bien tener un empleado mal pago y de manera
precaria.
Por
un momento guardé la esperanza de que ellos le dieran una solución
apropiada. Muchas veces las empresas les dan la ropa que quieren que
usen sus empleados o el dinero para comprarla. Pero sucedió todo lo
contrario, no le dieron ninguna solución sino que le obligaron a seguir
cumpliendo las normas de la empresa sin importarles su frío o su mal
estado económico (siendo ellos los responsables por tan bajo sueldo).
Esta persona igual decidió por su salud y soportar las consecuencias.
No
es necesario continuar con la historia de esta persona pero sí es
extremadamente útil contarles lo que llegué a redescubrir en ese
momento. Digo redescubrir porque es algo que todos sabemos, hablamos y
oímos pero muchos no le damos importancia. Es como decir que una
enfermedad es peligrosa, lo hablamos, lo oímos y decimos que hay que
combatirlas pero sin embargo de una manera u otra nos la contagiamos y
no hacemos nada al respecto. Hablo de lo siguiente: del egoísmo. No
sabemos a cuántas personas podemos dañar con él. Mucho decimos que no
somos homicidas pero con el… podemos matar, quién sabe, a cuántas
personas.
Deseo
en mi corazón que esto le sirva tanto a ustedes como me fue útil a mí; y
si alguien padece alguna necesidad, no le pongamos obligaciones, sino
soluciones y algo de solidaridad.
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