Una angustiada pareja se lamentaba ante el Maestro de que su hijo había abandonado las tradiciones religiosas de la familia y se había convertido, según él, en librepensador.
Y el Maestro le dijo: "No os preocupéis. Si el muchacho piensa realmente por sí mismo, es seguro que el Poderoso Viento habrá de desatarse y le llevará al lugar al que pertenece".
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