"¿Qué he de hacer para alcanzar la santidad?", preguntó un viajero.
"Sigue a tu corazón", le dijo el Maestro.
Aquello pareció agradar al viajero.
Sin embargo, antes de que se marchara, el Maestro le sugirió en voz muy baja: "Para seguir tu corazón vas a necesitar una complexión muy robusta".
No hay comentarios:
Publicar un comentario