"Entonces, ¿cómo puede hablarse de Dios?"
"Por medio del silencio".
"Y si es así, ¿por qué hablas tú con palabras?"
El Maestro no pudo evitar reírse con todas sus ganas, y dijo: "Cuando yo hablo, no debes escuchar las palabras. Escucha el silencio".
Los Evangelistas nos hablaron de un Jesús que usaba las parábolas para explicarnos la realidad del Reino de Dios. Espero que estos cuentos os puedan conducir al mismo destino.
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