Al sur de Xiashou vivía un hombre llamado Juan Shuliang.
Era tonto y extremadamente miedoso. Una vez que iba caminando por un camino con
un hermoso claro de luna, vio al agachar la cabeza a su sombra ante él. Se
imaginó que un espíritu maligno estaba tendido a sus pies. Al levantar los
ojos, su mirada tropezó con dos mechones de su pelo y creyó que un demonio se
encontraba a sus espaldas. Asustado, se dio vuelta y el resto del recorrido lo
hizo retrocediendo. Al llegar a su casa cayó al suelo y entregó el alma.
Los Evangelistas nos hablaron de un Jesús que usaba las parábolas para explicarnos la realidad del Reino de Dios. Espero que estos cuentos os puedan conducir al mismo destino.
lunes, 18 de mayo de 2015
EL HOMBRE QUE TEMÍA A LOS FANTASMAS
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