martes, 26 de mayo de 2015

MÁS AMOR AL DINERO QUE A LA VIDA


 
Los habitantes de Yongzhou son excelentes nadadores. Una vez, el agua del Xiangshui subió repentinamente; una barca que transportaba a cinco o seis personas zozobró en medio del río. Haciéndole frente al peligro, los pasajeros nadaron hacia la orilla. Uno de ellos parecía no avanzar a pesar de nadar con todas sus fuerzas. Sus compañeros le dijeron:
         - Tú eres mejor nadador que todos nosotros, ¿por qué te quedas atrás?
         - Porque tengo mil sapecas amarradas en mi cinturón, y eso pesa – contestó él.
         - ¿Por qué no las tiras? – le dijeron los otros.
         Sacudió la cabeza sin contestar, pero el cansancio lo invadía.
         Los que ya habían llegado a la orilla le gritaron:
         - ¡Eres un tonto, no te empecines! ¡Vas a ahogarte! ¿Y entonces de qué te servirá el dinero?
         De nuevo sacudió negativamente la cabeza. Poco después el agua se lo tragaba.

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