Un personaje
importante fue de visita a un monasterio budista. Después de beber numerosas
copas de vino, recitó un fragmento de un poema de la dinastía Tang:
Al pasar por un monasterio perdido
entre los bambúes, me detuve a conversar
con el bonzo;
Lejos de mi vida agitada, gocé
de un momento de descanso.
El bonzo riendo, lo escuchó declamar.
- ¿Por qué ríe usted? – preguntó el
augusto visitante.
- Porque su momento de descanso me costó
tres días completos de preparativos – contestó el viejo bonzo.
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