Ju era un célebre
médico del Reino de Qin. Había operado de un tumor al
rey Xuan, y cuidado las hemorroides del rey Hui. A ambos los había mejorado. Un tal señor Zhang, que padecía de un tumor en la espalda, rogó a Ju que lo curara.
- ¡Ahora esta espalda ya no me
pertenece, cuídela como a usted le dé la gana, doctor! – dijo al facultativo. Ju lo trató y lo sanó.
Es indudable que Ju
era excelente en el arte de curar, pero la plena confianza que Zhang le manifestara fue también un factor importante en
esta mejoría.
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