El tití es un
monito trepador, con uñas muy alargadas. Un tigre que sentía picazones en el
cráneo le pidió a un tití que le rascara la cabeza. A la larga, el tití hizo un
pequeño hoyo en el cráneo del tigre,
pero éste no se dio cuenta, sumido en el bienestar que esta operación le
causaba. El tití comenzó a comerse los sesos del tigre y varias veces le
ofreció los restos de su comida. El tigre lo declaró su fiel y devoto amigo y
cada vez iba encontrando más placer en tenerlo junto a él.
Cuando ya no quedó nada en la caja
craneana del tigre, éste fue presa de violentos dolores de cabeza. Quiso
castigar al pérfido, pero el tití ya se había refugiado en la copa de un árbol.
El tigre rugió, dio un salto y murió.
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